Cuando leí en el periódico hace unos días el resumen del informe del relator de la ONU, especialista en derechos humanos, sobre la extrema pobreza de nuestro país, que decía de manera dolorosa: «España ha salido de la crisis gobernando para los ricos y abandonando a los pobres» me acordé de Jesucristo, para mí el personaje histórico con la mejor filosofía. Los datos que aporta el informe son escalofriantes: la España postcrisis registra más pobreza y exclusión, más paro y más abandono escolar mientras que los ricos cada vez tienen más dinero y pagan menos impuestos. «El Gobierno de coalición es bienvenido pero es hora de abandonar la retórica. El nuevo Gobierno de coalición debería de cambiar este rumbo de forma urgente» avisa Philip Alston, relator de la ONU sobre pobreza extrema, que cree que es bueno el hecho de que los nuevos ministros hablen de pobreza, de la España vaciada, de los desahucios. «Espero que tengan el apoyo del resto de partidos para revertir esta situación. Parece difícil, pero me gustaría que los más vulnerables tomen relevancia y los políticos se vean obligados a abordar sus problemas». «Todos los gobiernos de los últimos quince años -dice Alston- han aplicado políticas neoliberales. Han ayudado a que las clases más altas incrementen sus riquezas, y no han hecho absolutamente nada para aquellos más empobrecidos, que han aumentado. No hablamos de un único mandato. Nos podríamos remontar a las primeras privatizaciones de la era Aznar». El de la vivienda, dice el relator de la ONU, es un tema muy particular en España que si no se aborda en los próximos cinco años acabará explotando. «Está pasando en todo el mundo. España no es distinta». «En España no hay casas baratas» concluye el relator tras señalar la especulación inmobiliaria, el ingente número de desahucios, el aumento del 50% del precio del alquiler, y que se ha aplicado la ideología, «el neoliberalismo, especialmente con el problema de la vivienda... No se han intentado alternativas contra el parque de pisos vacíos, con impuestos, controlando el precio de los alquileres... Cuando el problema es de tal magnitud que están desahuciando personas de más de 80 años, que la gente joven no tiene dónde ir a vivir». La solución que plantea el relator de la ONU es acabar con el fraude fiscal, poner fin a las deducciones de impuestos de las rentas altas y abordar de forma urgente el problema de la vivienda. Me vuelvo a acordar de Jesucristo, cuyo pensamiento era el reparto justo de panes y peces y que nadie sufriera por ser pobre. Y también me ha venido a la cabeza Julio Anguita, un político que piensa con justicia y honestidad y que ha desechado en su jubilación las ventajas económicas de haberlo sido.