Un día nos sorprendió Theresa May y su pulsera con Frida Khalo; otro, Ana Patricia Botín se reconoció feminista -nunca es tarde-, y aseguró que en las empresas -quiero pensar que las suyas no- penalizaba quedarse embarazada; otro, una marca de ropa -muy elitista- vendió camisetas donde se leía We Should All Be Feminists, la conferencia de la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie; meses atrás se estrenaba una película con un superheroína que lucía medidas de escándalo, sobre unos zapatos de vértigo y así hasta ciento.

Está claro que el feminismo vende. Bueno, el feminismo o parecer feminista, claro está.

Los que más claro lo tienen son los partidos; aquellos que tradicionalmente no se han reivindicado nunca como feministas, ahora, por miedo a perder electorado, sí lo son. Eso sí, por si acaso, mejor ponerle algún apellido. Y han inventado el «feminismo liberal». Un feminismo cómodo y complaciente que no solo no cuestiona nada, tampoco ataca estructuras de poder. Basta con repetir que esto o aquello es empoderante y voilà, ya eres feminista. Basta con añadir a cualquier debate que tú, como persona individual, tienes derecho a decidir lo que hacer con tu cuerpo, y voilà, ya eres feminista. «Somos libres para decidir cómo reivindicar la igualdad», aseguraba Inés Arrimadas al tiempo que decía no se manifestaría el 8-M.

Solo un requisito, no replantearse ninguna actitud aprendida, no cuestionar ni molestar al poder, minimizar responsabilidades colectivas y dejar «en manos de cada mujer» la decisión con un rotundo «eres libre»: a trabajar en condiciones de explotación; como vientre de alquiler y vender a tu hijo; o ejerciendo la prostitución... O sea, normalizar la opresión y mantenernos como productos del patriarcado.

No nos pueden engañar, no necesitamos pulseras, ni eslóganes ni decisiones individuales. El feminismo liberal no es feminismo, tan solo está desactivando la lucha feminista, que debe ser colectiva, reivindicar igualdades laborales y salariales (especialmente de las más desfavorecidas), y reparto de las labores del hogar entre otras cosas.

* Escritora