El mérito que tiene ser representante de una asociación es incuestionable. Sobre todo, si se trata de una asociación reivindicativa, una asociación cuyo objetivo no sea otro que estar pendiente de las necesidades o los problemas de sus asociados y la búsqueda de las posibles soluciones. Por eso, como responsable político en el gobierno municipal, quiero mostrar todo mi reconocimiento y agradecimiento.

Son ya casi seis los años que llevo dedicados a la política, de los cuales, cuatro desde dentro del Ayuntamiento en la oposición y casi ocho meses desde el gobierno. A lo largo de este tiempo han sido muchas las asociaciones con las que he tenido la oportunidad de hablar y compartir problemas y sus soluciones. Han sido muchas las horas de dedicación a escuchar, analizar y plantear las soluciones demandadas por los vecinos y/o profesionales para plantearlas al gobierno anterior o, según sea el caso, llevarlas a cabo desde mi responsabilidad en el gobierno actual.

Es indudable que Córdoba cuenta con un tejido asociativo muy implicado en la mejora de nuestra ciudad y que, como no podría ser de otra forma, apuesta fuerte por su futuro. Asociaciones vecinales, profesionales, sectoriales.... Todas son una fuente de conocimiento profundo de la ciudad muy útil y necesaria, sobre todo para aquellos a los que nos toca gestionar, tomar decisiones, actuar, resolver... En una palabra, gobernar.

Los partidos políticos y los políticos, desde la oposición, están para contribuir al buen gobierno de la ciudad, no solo ejerciendo su función fiscalizadora sino también aportando propuestas realizables y justas, pero siempre desde una actitud constructiva. Por otro lado, desde el gobierno, la política municipal, tiene como objetivo que aquellos servicios públicos que tiene encomendados prestar el Ayuntamiento sean desarrollados de la mejor manera posible, no solo en tiempo y forma, sino también de la manera más eficaz y eficiente posible y, por supuesto, respetando el principio de igualdad en el derecho a percibir esos servicios independientemente a la zona, distrito o barrio del municipio en cuestión.

En cualquier caso, los partidos políticos, a nivel municipal, juegan un papel secundario. Tienen la obligación de conocer en profundidad la realidad de su ciudad y sus ciudadanos, sus necesidades y problemas así como sus posibles soluciones para hacerlas públicas y darlas a conocer para, desde sus propuestas, tratar de convencer al mayor número de personas posible a que, llegado el día de las elecciones municipales, depositen el voto a favor de su partido.

Una vez conformado el gobierno, cada cual, concejales en el gobierno y en la oposición, debe centrarse en la prestación del servicio a sus conciudadanos de la mejor y más constructiva manera posible. El Ayuntamiento en sí mismo no tiene color político puesto que la Casa Consistorial es la casa de todos los ciudadanos, independientemente de sus ideologías políticas. De la misma manera, las asociaciones, vecinales o sectoriales, deben ser fieles a sus objetivos que son -insisto- estar pendientes de las necesidades o los problemas de sus asociados y la búsqueda de las posibles soluciones. Todo esto es lo lógico, lo justo y, en la mayoría de los casos, lo real. Sin embargo esto no siempre es así. Lamentablemente, en contadas ocasiones, de manera injusta y desleal, se hace uso de la administración local o de las asociaciones en favor de partidos políticos. Esta es una práctica que, aunque se dé en casos puntuales, dice muy poco, o más bien mucho, de quien la lleva a cabo.

* Delegado de Infraestructuras, Sostenibilidad y Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Córdoba por Ciudadanos