Para que las vidas social y cultural de una ciudad se comuniquen e enriquezcan no basta con los centros oficiales y los programas públicos culturales; son necesarios, imprescindibles, centros particulares en los que gentes con capacidad y actividad no solo mantengan el fuego sagrado, sino que lo aviven cuando sea menester.

Uno de estos centros más relevantes en nuestra ciudad fue durante mucho tiempo Studio Jiménez donde ejercía Pepe, el mejor corre ve y dile cultural que hemos tenido en años; nunca el primero de la fila, pero siempre uno de los más dinamizadores, siempre en lugar y tiempos oportunos.

Era capaz de lo imposible, como hacer y mantener une tertulia cafetera en el lugar más ruidoso de la ciudad, en la cafetería Siroco, en la intersección de Ronda de los Tejares y Cruz Conde, cuando ésta tenía circulación rodada. Allí durante horas Juan Bernier, con el cigarrillo en la comisura, escuchaba largamente y hablaba lo preciso con oportunidad. Y Pepe apenas paraba con los contertulios unos minutos aislados entre venta y venta de cámaras.

Con Pepe viví muchos protagonismos culturales -él sabía embarcarme y empujarme-, alguno tan trascendente para la ciudad como el Cine Club Liceo del Círculo de la Amistad, aquel Círculo de Antonio Muñoz Ramírez de Verger, inigualado benefactor del arte y la cultura en Córdoba, como acreditan las paredes del Círculo y su colección de catálogos.

Murió Pepe y sus hijos mantuvieron la tienda de un producto, la fotografía, que hoy regalan con largueza los móviles. El fuego sagrado estaba en la recoleta sala de exposiciones del piso primero.

Los hijos han hecho lo que han podido y lo han hecho bien, pero la sentencia estaba dictada y el tiempo la ha ejecutado: apaga y vámonos.

Es como si Pepe Jiménez hubiera muerto otra vez.

Me pregunto si queda otro tan auténtico mentidero cultural en Córdoba.

O si hay gentes capaces de crearlo.Lo primero lo ignoro; lo segundo, quiero creer que sí.

Les pido que emerjan y que hagan emerger lo que la ciudad tanto necesita.

* Escritor, académico, jurista