El centro cordobés sigue sin conformarse como el núcleo lógico de una ciudad moderna. Se llevan décadas intentando adivinar el sexo de los ángeles a ver si así se constituye el centro de la ciudad como un atractivo para los cordobeses, visitantes y turistas y nos dejamos siempre la mayor en el tintero. Aquellas antiguas campañas en las que se trataba de convencer, entre otros, a los ciudadanos que al centro había que venir andando nunca llegaron a tener el efecto pretendido. Entre otras cosas porque el centro debe ser un lugar al que no solo se llega, sino que debe tener lo necesario para quedarse, disfrutarlo, pasearlo, ver sus tiendas, descansar en sus bancos, admirar sus ornamentos florales… En definitiva ser una zona estancial que mejore eso que los expertos denominan trama urbana que no es otra cosa que el libre trasiego de transeúntes sin que tenga que estar pendientes de ser arrollados o apartados por los vehículos a motor. Aunque para esto es necesario peatonalizar esas vías que atraen de forma natural y secular a los viandantes. En Córdoba y en el centro todavía queda una asignatura pendiente por peatonalizar, aún a pesar de existir planes previos para ellos desde la política. Esta es la insigne avenida de Ronda de los Tejares. Los gobiernos municipales de PSOE e IU lo contemplaron tímidamente sin solución de continuidad práctica y el actual gobierno municipal del PP se sobreentiende que lo descarta. Entre otras cosas porque ya en su momento Bellido dijo que sería estrangular el centro y que si llegara a la alcaldía no lo haría. Es obvio que el concepto de estrangulamiento en más complejo ya que no se trata de eliminar por completo el acceso del transporte público o el de los vehículos residentes, sino de racionalizarlo mediante el concepto de sostenibilidad. Córdoba no se merece ser por más tiempo una sociedad sostenida pese al progreso y la modernidad, sino sostenible.

* Mediador y coach