Y así es. A pesar de las campañas de eslogan fácil y topicazo rancio que lanza una oposición aún en estado de shock, Andalucía suma y para bien.

Ahí están los indicadores económicos y sociales, la que fuera durante décadas la última en los mejores indicadores y la primera en los peores parece despertar y «darle la vuelta a la tortilla».

No hay milagro económico, no hay magia, no hay truco, únicamente era necesario creer en los andaluces y administrar esta rica comunidad con rigor y seriedad.

Porque una vez más el cambio lo protagoniza la sociedad, esa que dijo basta a casi cuarenta años de corrupción, la misma que se abochorna con episodios varios y desatinos muchos de anteriores gestores, y pide a los nuevos ejemplaridad, rigor y acierto.

Es el pueblo andaluz el protagonista del cambio que está capitaneando Juanma Moreno.

A los administradores de una tierra rica, con increíble potencial y rabiosa personalidad no se les pide que dirijan al pueblo, sino que dejen al pueblo crecer y desarrollarse a su antojo. De ahí el éxito que intuyo tendrá el gobierno del cambio, que no quiere ni desea controlar a la gente, quiere a la gente libre y darle facilidades para que desarrollen su talento y aspiraciones.

El 28 de febrero de 1981 cayeron muchas cadenas, en las últimas elecciones autonómicas los andaluces terminaron con otras. Nos dieron una seria advertencia, al más puro estilo gallego, ¡Nunca Más! Por eso, la realidad de Andalucía ha cambiado para siempre, y quienes nos gobiernan o nos gobiernen bien lo saben; jamás volverán las prácticas y corruptelas de los que creyeron que nuestra tierra era su cortijo.

Los andaluces tenemos ante nosotros la oportunidad histórica de liderar España en un momento crucial de nuestra historia. Una vez más, Andalucía debe ser luz y guía de nuestro estado constitucional, como lo fue en 1812. Estamos en buenas manos para conseguirlo, el cambio ha sido bueno y el diálogo y el acuerdo funcionan. Moderación, estabilidad y respeto al Estado de Derecho frente a concesiones intolerables a aquellos que quieren acabar con nuestro común proyecto de convivencia.

No sabemos cuánto durará este periodo temporal sin convocatoria electoral próxima. Bien conocemos que con urnas a la vista algunos no han sido capaces de sumar por España, y ante la gravedad de los acontecimientos que vivimos me pregunto: visto el éxito andaluz y ya que no hay elecciones, ¿porqué no probar un «Andalucía Suma» reunificando desde el Gobierno el centro derecha y que sirva de esperanza y ejemplo para el resto de España?.

Quizás así, viendo un modelo de éxito, algunas y algunos se animen a imitar la fórmula a nivel nacional y en poco tiempo dar por finalizada esta etapa lamentable y humillante que estamos viviendo todos los españoles.

* Alcalde de Cabra y senador del PP por Córdoba