Mi desviación profesional como docente me hace tener tendencia a “dar lecciones”. Pero en este caso, y aunque haya elegido ese título, solo pretendo hacer unas reflexiones después de medio año de experiencia y de lo acontecido, especialmente en estos últimos días.

Antes de entrar en este mundillo de la política, como ciudadana de a pie, pensaba que un buen político/a debía ser una persona que, en representación de un grupo de ciudadanos de una determinada ideología, actuaba con coherencia y honradez cada día, utilizando el conocimiento de su entorno y el debate con una dialéctica inteligente y respetuosa, para convencer a los demás políticos de que sus objetivos programáticos son los más acordes para mejorar la vida de las personas. En su trabajo diario el político o la política debe dejar de un lado su propio ego, sus prejuicios, sus impulsos, sus debilidades..., para actuar con transparencia, con justicia, con reflexión, con ética y, muy importante este punto, con corazón.

Estaba convencida de estas premisas, y ahora, después de siete meses trabajando como concejala del Ayuntamiento de mi ciudad, y conociendo desde dentro el día a día de la política municipal y, a través de compañeras parlamentarias, la autonómica y la nacional, aún más me ratifico en mi creencia de cómo debe ser y comportarse alguien que decida dedicar un tiempo a esta actividad. Porque no se debe entender la actividad política como algo diferente del servicio a los demás, y de paso, por un tiempo limitado y no como una profesión o forma de vida.

En mi discurso de investidura ya anuncié cuál iba a ser mi talante y, por añadidura, el de mi grupo municipal, Podemos, y así lo venimos demostrando. No tenemos ningún tipo de prejuicio a la hora de valorar y apoyar una propuesta que sea buena para las personas que viven en Córdoba, venga del partido que venga, sea de izquierdas o de derechas.

También dije que venimos a ser la voz de los que menos voz tienen, proponiendo e intentando que se den soluciones rápidas y eficaces a problemas básicos y vitales -alimentación, vivienda, suministros básicos, educación, formación, empleo, infraestructuras de barrios marginados, etc-.

Dejé claro que íbamos a ser propositivos, que haríamos críticas constructivas, que estaríamos en contacto con los ciudadanos y ciudadanas para llevar sus necesidades y sus propuestas a los compañeros y compañeras del equipo de Gobierno, y así venimos haciéndolo. Porque, he de reconocer que hay concejales y concejalas responsables de algunas delegaciones que te ofrecen esa cercanía, esa posibilidad, que responden rápido intentando dar una solución a los problemas que les hacemos llegar, a veces con un simple mensaje de whatsapp. Poder ayudar a solucionar un pequeño o gran problema a una persona, es de las pocas satisfacciones que te da este trabajo.

Pero por desgracia, esa no está siendo la tónica general en nuestro Ayuntamiento. Para que podamos aportar ideas de como gestionar un tema, primero hemos de tener conocimiento de que se está trabajando ese tema.

En contra de las declaraciones del reciente 9 de enero de la primera teniente de alcalde de nuestro consistorio, Isabel Albás, he de decir que no se nos está informando de la mayoría de las gestiones que realiza el equipo de Gobierno, y especialmente en algunas delegaciones, destacando para mal precisamente la que ella preside, la de Turismo. Ella nos dice a los concejales y concejalas de la oposición que hagamos una “oposición constructiva” y “que nos pongamos a trabajar”, pero se olvida que para construir primero hemos de tener los cimientos, es decir, la información que ella no nos aporta, o al menos no a tiempo ni con el detalle requerido.

Trabajamos mucho, muchísimas horas los siete días de la semana, pero no de la forma más productiva, efectivamente. Perdemos tiempo en reuniones de “Comisiones” donde no se traen las actas de la sesión anterior, por lo que no nos contestan a las preguntas que planteamos el mes anterior, porque ni siquiera nadie recuerda que se preguntó, donde no se pueden debatir el cómo llevar a cabo gestiones de la ciudad porque no se nos explica ni se nos facilitan los expedientes correspondientes; no podemos discutir el dinero público invertido porque desconocemos la cuantía, ni a quién se le ha adjudicado una licitación de un trabajo y con qué criterios; y en muchas ocasiones la información que se nos da llega extremadamente abreviada y pocos minutos antes, no dándonos tiempo a procesarla y reflexionar sobre ella.

En varias ocasiones hemos tenido que solicitar por escrito que se convoquen reuniones, como por ejemplo, y una vez más tiene que ver con turismo y la Sra. Albás, del Imtur (Instituto Municipal de turismo). Que por cierto, ella se comprometió a que nos convocaría el primer miércoles de cada mes impar -que ya me parece absolutamente insuficiente, dado el volumen de actividad que hay en Córdoba y teniendo en cuenta que los demás consejos y comisiones se reúnen mensualmente-, y este mes de enero -impar que yo sepa- no se nos ha convocado tampoco.

Esta es la auténtica realidad de lo que está pasando en general, de lo que vivimos cada día. Y esto no es transparencia! Además se está conculcando nuestro derecho, como ediles, a ser informados puntualmente y de forma detallada de todo lo que tiene que ver con nuestra ciudad, y de ser escuchados en aportaciones, porque somos representantes públicos, elegidos en un proceso electoral, y para más datos, los grupos municipales de la oposición representamos a la mayoría de los cordobeses y cordobesas, porque el cogobierno de PP y Ciudadanos no tiene la mayoría, cosa que parecen olvidar con demasiada frecuencia.

Los cuatro grupos municipales de la oposición hemos tenido que llegar a denunciar en una rueda de prensa conjunta -caso insólito- que ya se han pasado todos los límites que estamos dispuestos a soportar, cuando en el Consejo de Turismo se nos negó de nuevo información acerca de la presencia de nuestro Ayuntamiento en Fitur, pocos días antes de que se celebre esta importante feria del turismo internacional en Madrid, y donde tendríamos que estar todos representados y aportando nuestras sugerencias.

Y para terminar con mi reflexión de cómo ser un buen político/a, en mi citado discurso del 15 de junio del pasado 2019, presumí de que actuaría con honradez, de que no venía aquí para lucrarme, sino para ganar un salario justo -que no es ni más ni menos que similar al que ya tenía como profesora de Enseñanza Secundaria, mi profesión desde hace 32 años-, entre otras cosas, porque en mi partido, Podemos, es una de las premisas de nuestro código ético que aceptamos al entrar en cualquier cargo público. En coherencia, los dos concejales de Podemos hemos renunciado a las dietas de las empresas públicas, porque consideramos que es un “robo a las arcas públicas” coger unos 200 euros por reunión sin haber tenido que hacer un gasto ni en manutención, ni en transporte, ni en pernoctación, únicos conceptos por los que legalmente se debe cobrar “dieta”. Sin embargo, observamos como la inmensa mayoría de los concejales y concejalas las cobran y en algún caso, por ejemplo la Sra. Albás de nuevo, en el último consejo de Aucorsa, no se conforma con cobrar dicha dieta, sino que además va a la reunión en un coche oficial del ayuntamiento con un chófer, ¡ambos pagados también con dinero público! ¿Cómo se llama a este hecho en el argot jurídico?. Recuerdo recientemente un parlamentario que tuvo que dimitir porque cobraba dietas del Parlamento e iba en su coche particular cobrando a pasajeros con el sistema blablacar...

En fin, a pesar de todo lo que estoy viendo de cómo no se debe hacer política, sigo manteniendo la esperanza de que esta tónica general cambie para bien, porque hay políticos y políticas en nuestro consistorio que si tienen el perfil de honradez, coherencia, inteligencia, preparación y corazón como para lograrlo. Y aprovecho, por último, para agradecer a otro concejal del equipo de Gobierno, al Sr. Jordano, sus palabras de valoración positiva hacia cinco compañeros/as de la oposición, entre los cuáles me incluyo, afirmando incluso que se puede aprender de nuestra forma de actuar. Acepto con orgullo esas palabras y a un tiempo con sorpresa, porque me cuesta entender como su compañera de gobierno -ya mencionada antes en varias ocasiones-, en el mismo día publica justo lo contrario acerca de nosotros... Quizás un síntoma más de las diferencias que existen entre los dos partidos que forman este co-gobierno cordobés, o al menos, entre sus miembros. Conclusión: ¡Una forma de hacer política diferente es posible!, pero... ¿lo es con determinados políticos que tenemos en la Institución?. Ya lo veremos...

* Portavoz de Podemos en el Ayuntamiento de Córdoba