La economía de la provincia de Córdoba no parece que vaya a cambiar su trayectoria histórica en cuanto a dependencia del sector agrario porque cuando el campo estornuda, nuestra economía se resfría y no parece que se esté haciendo nada especial para equilibrar esta situación.

De tal forma que los datos de paro registrado y contratación vienen a refrendar esta afirmación. Y es que en diciembre se rompió una tendencia de seis años continuados de descenso interanual del paro en la provincia de Córdoba. No obstante habría que tener en cuenta que en dicho mes de 2019 se realizaron 2.556 contratos laborales menos que durante el mismo mes del año anterior. Tanto es así que el responsable de esta situación es el sector agrario que, entre dichos meses, perdió un total de 3.264 contratos.

Pero siendo justo, también habría que aclarar que esta bajada de contratos está justificada por la extraordinaria campaña de recolección de aceituna del pasado año y la consiguiente reducción de la actual.

Esa fluctuación de las campañas agrícolas condiciona, además de los ingresos de los agricultores, la evolución de los contratos laborales y del paro registrado no solo en este sector, sino en el conjunto de los sectores económicos ya que la subida interanual del desempleo en la provincia en 81 personas, viene determinada por el incremento experimentado en la agricultura, con 700 personas más, sin empleo, que hace un año.

Es por ello que se necesita un especial esfuerzo de todas las administraciones para que las provincias andaluzas de interior sean capaces de mejorar el valor añadido del sector agrario y tenga mayor productividad, generando a su vez más y mejores puestos de trabajo.

Es necesario impulsar medidas que potencien la innovación de nuestra agroindustria y el acompañamiento de otros sectores económicos para que el gran peso de la agricultura empiece a ser compartido, porque de lo contrario, la realidad de la España vacía o vaciada, que es una realidad en Córdoba según los últimos datos sobre Padrón Municipal del INE, se verá agudizada.

El medio rural no necesita discursos, necesita del compromiso y la acción necesaria para que las cosas cambien, porque de lo contrario, las pocas personas que vayan quedando harán que cambien quienes tienen la obligación de tomar decisiones.

* Técnico superior en Formación Profesional