El 47% de los universitarios vascos no sabe quién fue Miguel Ángel Blanco pero unos cuantos, el Día Internacional de los Derechos Humanos, fueron aleccionados en la Universidad vasca, sobre la maldad de la justicia española que mantiene en las cárceles a presos vascos enfermos. Ni las víctimas del terrorismo ni las familias de los dos guardias asesinados por Abetxuko ni la Delegación del Gobierno pudieron impedir que el etarra diera una clase magistral sobre el «calvario» de los etarras encarcelados: «En estos tiempos nuevos no cabe la actual política penitenciaria», expuso el ponente. La Fiscalía de la Audiencia Nacional no consideró delito que el etarra, que nunca ha mostrado arrepentimiento, fuera a hablar de lo suyo en una institución educativa. Visto así, desde luego que no, aunque sea una indignidad lacerante. Pero humillar a las víctimas y enaltecer el terrorismo como se hizo en el homenaje que se le rindió en Vitoria, donde fue recibido como un héroe al salir de la cárcel, eso sí es delito, pero poco al parecer. Hay en marcha tres series sobre ETA en Amazon, HBO y Movistar (esta última ya disponible) que pueden ayudar a frenar el interesado blanqueo político, que no social, de la banda asesina. Holocausto, la serie americana que se estrenó en 1979, marcó un punto de inflexión en la, hasta entonces, indiferente Alemania. Causó tal impacto que en la enseñanza obligatoria se estudia en profundidad la historia, gestación y consecuencias del Tercer Reich, los escolares visitan de forma regular los museos y los campos de concentración y, por ley, se castiga la negación del Holocausto y la exhibición de símbolos nazis. Tendremos que aprender a convivir con el pasado, sin paños calientes ni medias tintas, o no podremos convivir.

* Periodista