Nos encontramos en estos días, ante una posibilidad real e histórica, de un gobierno de “todas las izquierdas” que se autodenominan así en España. Solo las izquierdas periféricas no parecen tener sitio en ese posible gobierno que se atisba, pero que aún no se ve. Evidentemente, para la conformación de ese gobierno, se debe dar antes un acuerdo o acuerdos de carácter más transversal, tanto en lo ideológico como en lo territorial. Por mucho, que una vez se diera el golpe de efecto de Sánchez e Iglesias, firmando un acuerdo por sorpresa, a las tres derechas, les cogió "con el pie cambiado". Pero, de la misma manera, que a ellos les parece normal su acuerdo en ayuntamientos y comunidades autónomas, debieran entender con la misma normalidad, que por fin los progresistas, también se pongan de acuerdo; la novedad, estaría en que por primera vez, desde los tiempos de la segunda República Española, se constituiría un gobierno formado por los partidos progresistas de España y de Europa, porque en la Unión Europea tienen experiencia desde hace muchos años con bastantes gobiernos de coalición, estos se han dado preferentemente, entre la socialdemocracia y otros partidos liberales, e incluso conservadores y hasta Verdes, pero nunca con partidos de extracción comunista e inequivocamente republicanos.

Es obvio que estamos en un régimen capitalista y que las reglas del juego, las marca este sistema económico, tutelado por las instituciones políticas europeas y presionado por los grandes entes economicos. Pero, quiere decirse entonces, que no hay margen de maniobra para realizar otro tipo de políticas. Honestamente, tengo que decir, que no muchas, pero si algunas importantes y de calado.

En el PSOE ya con un bagaje de mas de veintidós años de gobierno en solitario, con contadas mayorías absolutas, siempre se tuvieron que apoyar en los partidos nacionalistas de Euskadi y Cataluña, pero hoy, necesitando a algunos de ellos aún para la investidura, el socio preferente, es -como se ha demostrado en la firma del acuerdo de gobierno- Unidas Podemos. Esta coalición, ha basado su campaña, en un eje transversal, que lo cruzan,“el cumplimiento de la esencia de los artículos más sociales de la propia Constitución y el hacer políticas a favor de las personas, fijándose menos en los intereses particulares de los poderosos”.

Podríamos decir, que hoy nos encontramos ante la disyuntiva, entre la utopía y la realidad. Sin embargo, no deberia ser así; yo creo que tendrá que haber en ese posible gobierno, más bien una armonización entre la realidad entendida como lo posible, sin cambiar lo esencial y cumpliendo con lo fundamental que se exige desde la UE... pero con las medidas de carácter utópico, que hacen que las sociedades avancen y se consoliden esos avances en la mayoría de la población, para la que se gobierna. Por lo tanto, veneros de realidad, con chorros de utopía, siempre entendida esta, como la acepción que acuñó en el siglo XVI Tomás Moro, en una obra del mismo título, en la que imaginó una isla desconocida llamada así “en la que se llevaría a cabo la organización ideal de la sociedad", nunca utopía, entendida como algo como dice la RAE también, “un proyecto, deseo o plan ideal, atrayente y beneficioso, generalmente para la comunidad, que es muy improbable que suceda o que en el momento de su formulación es irrealizable”.

Por lo tanto, yo pienso, que cada uno sabiendo lo que defiende, los votos que tiene detrás, su respectivos programas, pero también su lealtad institucional en ambos sentidos, con lo previamente firmado, dichos partidos, deben hacer un esfuerzo de entendimiento, de solidaridad, de empatía y de cordura, para realizar una labor de gobierno coherente -pero atrevido- para la mayoría de la población. La España vaciada, por ejemplo, no puede quedarse en un titulo sin contenido, la pobreza energética, igual y lo mismo la igualdad de género, la calidad de los empleos, las pensiones dignas y actualizadas o el Derecho a una vivienda. Deben ser cosas que se realicen, sin prisa, pero sin pausa, a lo largo de los próximos cuatro años. Con valentía, o al menos con la misma valentía que la derecha,cuando gobierna, demuestra al implantar sus políticas económicas.

Como dice el sociólogo portugués Boaventura de Sousa, al referirse a Spinoza: “Él habla mucho de los dos afectos o sentimientos que todos nosotros tenemos o que debemos tener, que son el miedo y la esperanza. Tiene que haber un cierto equilibrio entre miedo y esperanza porque el miedo sin esperanza es la desesperanza, es la parálisis, es la muerte”.

* Licenciado en Ciencias del Trabajo