Que el cambio climático existe ya es una realidad. Vivimos en una distopía constante. Todo se sucede de forma muy acelerada y aunque vemos que nos estamos cargando el planeta, no hacemos nada. Solo mirarlo y lamentarlos. Muchos se suben ahora al carro haciéndose los ecologistas cuando sus empresas llevan más de un siglo fabricando bebidas refrescantes con envases de plástico. La cosa se está poniendo muy fea y parece que tener cuatro cubos de basura no es suficiente. Algo tendríamos que hacer, pero nos faltan referentes a seguir. Llevo unos meses intentando dejar de utilizar plástico y francamente, me parece imposible de conseguir. Empecé tirando todos los táperes y reciclando los botes de cristal de las conservas. Hace años que bebo agua del grifo y no compro agua embotellada. Pero luego vas al cine, tienes sed, hay cola en el baño... Uso bolsas de tela para todo y el carro de toda la vida para ir al mercado.

Olvídense del súper, absolutamente todo está envuelto en plástico y aunque lleves tu recipiente, están obligados a meter el pescado o los embutidos, en una bolsa de plástico, por normativa. Es delirante. Miramos a nuestro alrededor y todo, absolutamente todo daña el planeta. Desodorantes, aceites, pilas, cigarros, detergentes, jabones, cápsulas de café, cuchillas desechables, velas, palillos, chicles o bolsas de té.

¿Podemos dejar de ir en coche, en moto, dejar de subir a buses y viajar en velero como Greta Thunberg? Yo creo que no. Ni siquiera creo que ella pueda seguir así toda la vida. La veo y me da mucha pereza. Es joven, supongo que es eso. Tiene esa energía y esas ganas de cambiar el mundo, que algunos ya hace tiempo que hemos abandonado. Nos quejamos, pero no hacemos nada. Como si quejarse sirviera de algo. Y luego pones la tele y ves a esa mujer de 81 años llamada Jane Fonda, que es detenida y esposada por participar en una protesta contra la crisis climática. Madre mía, entonces sí que me quejo y me enfado, pero conmigo misma.

* Periodista