Después de todo lo que está lloviendo en esta piel de toro, a pesar de la sequía preocupante que padecemos, y ante el espectáculo dantesco de una España que empieza a desmembrase, en un camino como ahora se dice, a ninguna parte, y cuando la Política agrede a la Justicia, sin ningún tipo de miramiento, y en definitiva, horadando los cimientos del Estado... El ciudadano de a pie, hárto de pagar impuestos, sin apenas servicios, y con ingresos de dinero en pesetas, pero con gastos en euros, lo único que puede hacer es replegarse a la Cueva y esperar que las fieras se devoren unas a otras.

Córdoba también vivió sus momentos convulsos en la agonía del Califato, con revueltas y la llegada de los almohades, que con el título de salvadores de la Fe, arrasaron una cultura milenaria de siglos, que se había sedimentado desde los turdetanos hasta aquellos aciagos días del año 1000. La destrucción de Medina Azahara. La quema de la biblioteca más importante de Occidente. La intransigencia religiosa. El crimen. La venganza, y al final la nada. Y de aquellos galgos con estos podencos. Una Córdoba que no se quiere, y que a pesar de su silencio tampoco se respeta, soñolienta en la mecedora del tiempo.

Por cierto, el otro día me contaba mi amigo Rafael Trenas, la referencia que de ésta ciudad hacía el célebre don Antonio Mairena, con el siguiente epitafio «Córdoba hace al artista. Sevilla lo vende» Le ocurrió a Manolete, que después de triunfar en la Maestranza de Sevilla, fue cuando Córdoba se dio cuenta del torero que tenía, ya que antes había vagado por la ciudad y por el Coso de los Tejares sin pena ni gloria, y con triunfos siempre desmerecidos por nuestra envidia endémica. Sevilla y Málaga ya se han escapado, y viven en el presente con los dos pies puestos en el futuro, y Córdoba sin saber dónde poner el huevo, y practicando la violencia pasiva: «Yo no puedo ni sé, pero tú, haré lo posible para que tampoco». A esta ciudad la siguen salvando las grandes individualidades, como muy bien había señalado el maestro, y quiero referirme a Miguel Ángel y Fátima Entrenas. Mael Producciones, con sus 50 películas a cuestas, y la última a estrenar el próximo 21 de noviembre en el Teatro Góngora, con todas sus entradas agotadas: Valle Inclán y Julio Romero. Un pintor para una ciudad, cuando el artista tuvo que marcharse a Madrid. Triunfar fuera de su tierra para que sus conciudadanos empezaran a valorarlo. Miguel Ángel Entrenas, un gran cineasta que sin medios, sin ayuda económica, ni apoyo institucional, abandonado de la mano de Dios en una ciudad indiferente a todo lo que no sea el chiste fácil y la crítica maliciosa, contra viento y marea, está triunfando fuera de Córdoba y España. Con una filmografía de muy alto nivel, liderando una tropa de cordobeses y cordobesas y que de forma altruista y cerrando filas a su líder, nos regalan su tiempo, su arte y su buen hacer, y este transeúnte de la historia se pregunta sobre las grandes posibilidades técnicas de sus películas, para el improbable supuesto de que gozara de unos medios técnicos, unas ayudas económicas, tanto en producción como en distribución, por parte de las administraciones públicas, que siguen insensibles y ciegas. Se saldría del parchís, estoy convencido.

Seguimos con los pies desnudos en la palangana de la desgana y el agua se nos ha quedado ya fría, y sin enterarnos que hay que invertir en las personas, que son en definitiva, los diferentes motores que pondrán el progreso y puesta en escena de la ciudad, fuera de su acuartelado recinto. La envidia de algunos mediocres, y que en la actualidad las vengo sufriendo en mis propias carnes, hay que desterrarla de nuestras calles y plazas, de una vez por todas. Y las instituciones tienen la obligación moral y política de sacar a la luz lo mejor de nuestras individualidades. Fui testigo de lo que le costó a Paco Montalvo poder sortear todas las piedras que su ciudad le puso al principio, sobre todo en su primera actuación en el Gran Teatro, que después fue un clamoroso éxito.

Y para finalizar una sugerencia: ¿Qué problema hay que los taxis que vienen de la calle Alfaros y tienen que continuar por calle Diario de Córdoba, no puedan atravesar Capitulares, a 10 km/h, y así evitar el paseo romántico de la calle Alfonso XIII, Tendillas y Claudio Marcelo? Digo yo. Paz y Bien. H

* Abogado. Académico