En el 2017, tres de cada cuatro de las 3.679 personas que se suicidaron en España fueron hombres. Los datos del INE concuerdan con los del Ministerio de Sanidad recopilados durante el 2016, que recogen unas tasas de 9,6 suicidios en hombres por cada 100.000 habitantes. La tasa de las mujeres es de 3,1. Las cifras van en sintonía con las del resto de Europa y buena parte del mundo, a excepción de países del Pacífico Sur, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Europa, una de las regiones del mundo, junto a América, donde la brecha es más ancha, se suicidan 4,9 mujeres de cada 100.000 habitantes. El caso de los hombres, la cifra es cuatro veces más alta. Se considera que el suicidio es la principal causa de muerte en hombres de entre 20 y 45 años.

Si bien la OMS afirma que no existe un solo causante que lleve a una persona a suicidarse, muchos expertos coinciden en apuntar que los estereotipos y roles asociados a la masculinidad tradicional influyen en la decisión de quitarse la vida. «Ser hombre» se relaciona aún a la fortaleza, la racionalidad, la dominación, la competitividad, el poder o la independencia, dejando poco margen a la autogestión de emociones como la tristeza, la ansiedad, la vulnerabilidad o la incertidumbre. La masculinidad, además, depende mucho de la percepción de los demás. Así pues, los hombres no solo tienen menos recursos para gestionar su vulnerabilidad, sino que son más reacios a pedir ayuda por miedo a ser estigmatizados.

A todo ello hay que sumar la instrumentalización que hacen los activistas machistas de las tasas de suicidio masculino. Ellos no se centran en abordar las causas, sino en desacreditar las medidas de protección contra la violencia machista, asegurando que los suicidios masculinos han aumentado a raíz de la aprobación de la ley contra la violencia machista. Tal y como desmintió Maldito Bulo, entre el 2004, año de la aprobación de la ley, y el 2017, la tasa de suicidios de hombres ha disminuido.

Hay ya iniciativas para romper el estigma alrededor de la salud mental y el suicidio. Y los medios de comunicación también debemos poner nuestro granito de arena. Según el informe El suicidio y los medios, del Observatorio de Medios y Salud Mental, liderado por Obertament, los medios pueden refutar los mitos alrededor del suicidio, como la idea de que los que lo intentan quieren llamar la atención; evitar sensacionalizarlo con expresiones como «epidemia de suicidios», y no detallar en una noticia cómo se ha suicidado una persona.

* Periodista. Editora del blog Zena