Así llamó ayer a Córdoba, «la ciudad del Arcángel», el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, en su homilía sencilla, cercana y cordial, pronunciada durante la solemne Eucaristía concelebrada con el Cabildo catedral, en la Iglesia del Juramento. Con el templo abarrotado de fieles, con la presencia del alcalde y diversas autoridades, el prelado hizo primero un breve recorrido por el libro de Tobías, descubriendo la misión de los ángeles y arcángeles, como servidores de Dios y protectores de los hombres, donde aparece Rafael ayudando a una familia en sus necesidades más apremiantes. A continuación, el obispo se interna en las páginas de la historia de Córdoba para evocar el hallazgo de las reliquias de los mártires y la aparición de san Rafael, al sacerdote Andrés de las Roelas, el 7 de mayo de 1578, diciéndole: «Yo te juro por Jesucristo crucificado que soy Rafael Arcángel, a quien Dios tiene puesto como Custodio de esta ciudad». La devoción al Arcángel no ha dejado de aumentar y, a finales del siglo XVIII, cuando ya Córdoba estaba llena de Triunfos de san Rafael, se inician las obras de un gran templo en el lugar de la aparición, la casa del padre Roelas. Demetrio Fernández, en su homilía, realizó a san Rafael cuatro hermosas peticiones: «Protege a los enfermos, a los pobres, a los más necesitados, como Medicina de Dios; protege a las familias, que viven tantas encrucijadas y han de solucionar tantos problemas, especialmente, a los matrimonios jóvenes; protege a la ciudad, a sus dirigentes y a sus habitantes, para que todos seamos sensibles a las dificultades, atentos a la doctrina social de la Iglesia; y por último, protege a nuestra Policía Local, siempre al servicio de los ciudadanos, desarrollando una labor que exige tantos desvelos». Fue ayer una jornada luminosa para Córdoba que vivió sus tradiciones con los clásicos peroles. La fiesta del Arcángel mantiene más que nunca su actualidad, como bien ha señalado el papa Francisco: «Los ángeles nos defienden en la lucha desatada y arrolladora entre el bien y el mal. Y nos protegen para hacer que el hombre venza».

* Sacerdote y periodista