Hoy, 27 de septiembre, se ha convocado por multitud de organizaciones de todo tipo un día de Huelga Mundial por el Clima, con el que se pretende concienciar a la sociedad de la gravedad de la situación global, debido al daño que nuestro comportamiento salvaje le está provocando a nuestro planeta.

Como es lógico, UGT se suma a la celebración y participaremos en todos los actos que se convoquen, pues la urgencia de lo que está pasando supera, ya desde hace tiempo, las líneas rojas que nos marcamos.

No voy a abundar sobre las consecuencias del cambio climático, porque creo que hasta los más neófitos e incluso los más negacionistas se han dado cuenta de que vamos irremediablemente a la catástrofe si no ponemos soluciones rápidas y efectivas.

Teniendo claro este contexto, este humilde sindicalista pretende dar una visión más optimista de esta realidad y apuntar algunas ideas que podrían paliar, en parte, las carencias que sufrimos los seres vivos que habitamos en la Tierra.

La primera es que la lucha contra el cambio climático es una inmensa oportunidad si nuestros representantes políticos ponen las medidas para ello.

Así, la apuesta decidida por las energías renovables y limpias -que en nuestro país está aún en mantillas- significaría un impulso para la creación de empleo, ya que entre la formación que habría que impartir a los trabajadores/as y la emergencia de nuevas empresas y puestos de trabajo, se formarían unas sinergias que, aunque mi modesta formación económica no alcanza para evaluar su impacto, seguro que serían muy positivas.

Si a esto añadimos la reconversión de empresas contaminantes en sostenibles y la eliminación de los combustibles fósiles por energías limpias; supondría un aumento en investigación y desarrollo (I+D), que seguro también generaría puestos de trabajo de calidad y no como los que tenemos ahora, temporales y muy precarios. Me pregunto si es tan difícil invertir en algo que es beneficioso para todos, a no ser que (como así me temo que es) estemos en manos de los lobbies o grupos de presión mundiales reticentes e incluso contrarios a estos cambios estructurales.

La ciudadanía tenemos que tomar cartas en el asunto y manifestar nuestro profundo desacuerdo con lo que está pasando. Para ello, hoy es un buen día para empezar, y cuando llegue la hora de votar a nuestros representantes, tener en cuenta quién mira por nuestro planeta y quién no para obrar en consecuencia.

No hay Plan B, porque no tenemos otro planeta donde irnos, así que empecemos por cuidar de éste lo mejor que sepamos.

* Secretario de Formación y Empleo de UGT Córdoba