Se anuncia otro otoño caliente en la política mundial. A los del periódico se nos está poniendo cara de Bill Murray en el día de la marmota. Esto de los otoños calientes, ¿será otra consecuencias del cambio climático? A Cataluña llega el huracán de la sentencia, que se prevé lo bastante poderoso como para agitar las estelades hasta deshilacharlas. En Reino Unido el brexit -que alimenta el mismo viento intransigente del procés- promete seguir alborotando el pelo de Boris Johnson, eyectando los sombreros de lores y comunes, y haciendo tambalear la pesada corona de la reina. En España se repetirán las elecciones generales y se anuncia sequía. PSOE y Podemos harán lo posible por crispar mientras las derechas granizan. Se anuncia otro otoño caliente en Francia, con huelgas por los recortes, mientras Argentina se inunda de miseria; otro en Israel, con las elecciones amenazando a todo su vecindario, mientras Salvini prepara su venganza en Italia. Y todos sabemos que no podemos contar con Trump en lo que se refiere a enfriar la política internacional, de manera que los otoños flamígeros, tensos y desapacibles estarán por todas partes. Pues bien. Todos los otoños calientes tienen una cosa en común: la política, como las aguas crecidas de un río, penetrando en casa hasta la cocina, si tenemos en cuenta a los veganos. Hasta el dormitorio: ¿o en su pareja no se ha convertido la discusión sobre feminismo en una fuente de tensión? Los más viejos del lugar mencionan inviernos en los que nevaba y los más jóvenes tuercen el gesto con incredulidad. Pasa lo mismo con la politización: ¿recordáis cuando no sabíais de qué pie cojeaban vuestros vecinos? Mayo del 68 anunció que lo personal es político pero hemos pervertido la máxima: ahora lo político es personal. No es una diferencia sutil. Rompemos amistades, tensamos matrimonios y liquidamos cortesías. La politización es como la cocaína: detestamos su aceleración tanto como nos engancha. «I don’t like the drugs but the drugs like me» (No me gustan las drogas pero yo les gusto a las drogas), cantaba Marilyn Manson.

* Escritor y periodista