Tiembla la banca y tiembla la bolsa, y ambas lo hacen a raíz del informe del Abogado General del Tribunal de Justicia de la Unión Europea acerca del índice IRPH, al determinar que no está excluido del ámbito de la directiva europea sobre cláusulas abusivas. No obstante, a pesar de la repercusión mediática que está teniendo, hay que precisar que el mencionado informe no es vinculante y no será, hasta el primer trimestre de 2020, cuando conozcamos la resolución del tribunal. El Abogado mantiene que las cláusulas IRPH incluidas en cerca de un millón de hipotecas en nuestro país, son susceptibles de control por parte del juez nacional, debido a «su carácter potencialmente abusivo»: es decir, considera que, como ocurre con las cláusulas suelo o los gastos hipotecarios, los juzgados españoles pueden entrar a valorar si la cláusula que establece el IRPH es transparente conforme a lo dispuesto en la normativa europea. Declara, además, que la complejidad de la fórmula matemática del IRPH, puede suponer que el consumidor medio no tuviera conocimiento de qué estaba contratando ni la información suficiente para comprenderlo. Pero, ¿qué ocurriría si la resolución del Tribunal de Justicia de la UE mantiene la postura del Abogado General? En primer lugar, Europa abochornaría de nuevo a la justicia española que, hasta la fecha, mantenía que el IRPH era un índice oficial y que, en consecuencia, no podían declarar su abusividad. Recordemos que no es la primera vez que los tribunales de nuestro país demuestran poca sensibilidad con los derechos de los consumidores y poco ojo al aplicar la normativa europea en esta materia. Por otro lado, aquéllos que sean (o hayan sido) titulares de una hipoteca sujeta a dicho índice podrían instar la nulidad del mismo y obtener reintegros de entre 15.000 y 20.000 euros. Y por último, pero no menos importante, hay que resaltar el potencial impacto en el balance bancario, el cual ha sido estimado en unos 25.000 millones de euros por la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), lo cual tendría sin duda repercusiones económicas en el hasta hace muy poco maltrecho sector financiero del país.

El tiempo dirá si nos encontramos ante una nueva oleada de reclamaciones a la banca que saturará, más si cabe, los tribunales españoles; no obstante, queda más allá de toda duda que la intensa actividad judicial de los últimos años está ayudando a que los consumidores tomemos conciencia de los derechos que nos asisten y actuar en defensa de éstos, previniendo tentaciones de abuso.

* Abogada