Doce alemanes han estado encerrados más de dos horas en el ascensor del metro Turia de Valencia, porque pesaban casi 1.000 kilos, cuando el máximo permitido era seis personas y 630 kilos. Eso dice demasiado de su inteligencia y de su respeto a las leyes; también, del tipo de personas que, todavía por miles, participan, se ensucian y se revuelcan, como ellos esa misma mañana, en la vergonzosa Tomatina de Buñol. ¡Qué pesados! Casualmente, el mismo medio donde se cuenta todo esto informa de que Boadella opina que condenaría a los separatistas por pesados. Ya veremos hasta dónde se hace aquí también justicia, incluso o empezando por Junqueras.