Dentro del Festival de la Guitarra y a tenor del recital de reconocimiento a figuras de la cultura musical árabe contemporánea, representada por Umm Kulzum, Fairuz y Asmahan, las cuales son reconocidas mundialmente como iconos de la cultura y la música árabe, han sido homenajeadas en un lugar de ensueño como es Medina Azahara y nada menos que en la hermosa voz de Linda Al Ahmad, cantante siria. Con respecto a las mujeres árabes que han sido fundamentales en el desarrollo cultural y musical del siglo XX, no hay que olvidar el importante papel desempeñado en su lucha por los derechos de las mujeres.

Que el evento que ha traído a colación esta relación entre Córdoba y la lucha por la cultura y los derechos de las mujeres, además de mi pasión por la guitarra en cuyo festival se enmarca, el romanticismo que en mí despierta Medina Azahara no aleja de mi memoria el recuerdo de valiosas mujeres andaluzas destacadas en la historia y que llevaron a la práctica empresas propias del sexo masculino en los tiempos que les tocó vivir. Un ejemplo fue Teresa Acosta, fundadora de la banca «Viuda de Rodríguez» regentada por ella en Granada y cuya dinastía duró siglo y medio, hasta su venta al Banco Central en 1946.

En política, cómo olvidar a la malagueña Victoria Kent, primera mujer abogada que solicitó su ingreso en el Colegio de Abogados de Madrid, en plena dictadura de Primo de Rivera, y fue la primera mujer en la historia del Derecho Español contemporáneo. En otra rama, la filosofía, María Zambrano, que además de ser escritora y alumna de Ortega y Gasset, fue catedrática de Metafísica en la Universidad Central y se nutrió del pensamiento intelectual de la generación del 27.

Otras mujeres, como María Bellido, símbolo de la resistencia popular de Bailén frente a las tropas de Napoleón, o Carmen Burgos, conocida como Colombine, reconocida como la primera mujer periodista en lengua castellana y redactora del Diario Universal en 1906, y que hizo campaña a favor del sufragio femenino y de la objeción de conciencia.

Y como no quiero cerrar este artículo sin recordar a quien llevaba el mismo nombre que mi madre, rindo un recuerdo a Amalia López Cabrera, nacida en Almería, y que fue la primera mujer que tuvo su propio estudio fotográfico en Jaén, además de dedicarse a la investigación. Tampoco quiero dejar de recordar a la granadina Mariana Pineda, tal vez la más popular en la memoria andaluza por la triste circunstancia en la que perdió tan joven la vida, ajusticiada a garrote vil por haber bordado la bandera con la leyenda «Ley, Libertad, igualdad», y negarse a delatar a sus colaboradores.

Por último y ya que comenzaba hablando del homenaje a las mujeres y a la cultura árabe en Córdoba, ciudad que me cautiva, quiero rendir un recuerdo a la cordobesa Josefina Molina, primera mujer directora y realizadora en la Escuela de Cinematografía de Madrid y cofundadora de la Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales en 2006.

No significa que no existan otras muchas mujeres andaluzas dignas de ser reivindicadas; a muchas de ellas las he mencionado en otros artículos por la relevancia de sus trabajos de investigación científica y/o divulgación de valores culturales, pero dado que el espacio me limita, debo renunciar a mencionarlas aquí, pero sin olvidar mi estima por su aportación y valía.

* Graduada en RR.LL y Recursos Humanos, Universidad de Vigo. Graduado Social U. Santiago