Rafael Matesanz es un nefrólogo madrileño que hizo posible el milagro de la Organización Nacional de Trasplantes, modelo de referencia en todo el mundo. “Las donaciones de órganos por parte de inmigrantes están al mismo nivel que las nacionales. Es el ejemplo máximo de convivencia -me decía la otra tarde-, pero nada de eso se improvisa”. Aviso para navegantes frívolos. Jeffrey Gordon es un científico norteamericano que ha conseguido demostrar que la mayoría de microbios que habitan en nuestro cuerpo son amigos; nos protegen de enfermedades y por eso en el futuro existirán biobancos donde podrán almacenarse para ser trasplantados a las personas que lo necesiten. Biomedicina al poder. Nicholas Negroponte, fundador del legendario Media Lab del MIT da por hecho que acabaremos comiendo carne que no procederá de las vacas: menos animales dañados, menos emisiones de CO2, más ahorro de agua. Tres en uno.

Nuria Oliver es una alicantina elegida ingeniera mundial del año; investiga modelos computacionales aplicados al comportamiento humano: la gran revolución del big data. “Estoy harta de escuchar que irremediablemente nos pasará esto o nos pasará lo otro… ¡depende de nosotros!”. Es una convencida de la revolución tecnológica y sus efectos positivos. Igual que Nerea Luis, 30 años más joven, que esta semana recibía de manos del Rey la Medalla al Mérito Civil por sus investigaciones en inteligencia artificial. Para ella el gran reto es el desafío ético porque a una máquina se le puede transmitir todo, por ejemplo el sesgo de género. Le pregunté si había comentado con Felipe VI el sesgo de género de la monarquía. Carcajada y a otra cosa, mariposa; científica... y diplomática. Pedro Baños, coronel retirado y experto en geopolítica, rebaja el entusiasmo. “Todos los avances tecnológicos deberían responder a la pregunta de si contribuyen o no a aumentar nuestra felicidad. Así de sencillo”. Utiliza conceptos como control, amenaza y dominación en la mayoría de sus frases; y el diagnóstico es rotundo: “Estamos en una guerra mundial porque EEUU se ha sentido vulnerable ante la pujanza de China y de Rusia”. Todas estas personas -y otras- se han asomado a la radio en apenas una semana. A su lado las peleas de patio de colegio de nuestra vida pública me han parecido más absurdas y ridículas que nunca. ¿Por qué les regalamos tantos minutos? Si el tiempo es oro...