Y así cuatro años. Así, quiero decir, en este bucle de que alguien suelta una burrada por la boca, los medios de masas se lanzan en picado a por la cabeza del desbocarrado, todos nos indignamos muchísimo y a otra cosa. A por la siguiente burrada.

Es agotador. Y así nos esperan cuatro años, insisto. Podríamos evitarlo, claro. ¿Pidiendo a los servidores públicos que midan sus palabras? No, almas de cántaro. Jamás las medirán. Pero tal vez si los medios de comunicación les diésemos menos pábulo, la cosa mejoraría.

A mí, que el juez de Vox, Francisco Serrano, diga lo que ha dicho estos días tras la sentencia de La Manada, solo me dice que a: no recibió clases de educación sexual en la escuela; y b: que las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene una. Y en su caso, más. Fin. Que otro concejal del mismo partido, este de Cadrete, decida retirar el busto de Abderramán III de la plaza pública, para que no se ofenda no sé muy bien quién, me parece una anécdota chusca, sin más. Y es que creo que los medios tenemos que replantearnos nuestro papel. Que nos pasemos el día mirando con lupa lo que hacen los representantes de Vox me parece tan gratuito como cuando se les fiscalizaba a los de Podemos, hace cuatro años. Y por Dios que nos dieron abundantes titulares (titiriteros, cabalgatas de Reyes Magos...).

Por eso, por nuestra salud mental, pediría a los colegas periodistas que nos informen de lo que tenga importancia para la ciudadanía, que para eso están los medios. Recuperemos el papel de filtros y de analistas, y dejemos para otros foros el insulto, la vacuidad y el vocerío. Si quien nos representa no es capaz de mostrar una mínima dignidad, mostrémosla nosotros como colectivo.

* Periodista