Supone el funcionalismo una ruptura con la tónica prerracional de adaptación a un modelo absoluto. La teoría racionalista en el diseño se basa esencialmente en la idea de que la forma se subordina a la función.

La manifestación más significativa de las teorías de diseño basadas en la eficiencia funcional, tuvo su auge en el Movimiento Moderno o Estilo Internacional. Es apropiado realizar un recuerdo a la emblemática Bauhaus, en el centenario de su creación, por su carácter pionero en la formación de diseño técnico y por la aureola mítica que la acompañó.

La fábrica educativa e investigadora del Movimiento Moderno nació en abril 1919 con el nombre de Staatliches Bauhaus de Weimar. Bauhaus deriva del alemán bau, igual a construcción y haus, igual a casa.

Tuvo una corta vida --de solo catorce años-- ya que en 1933 fue clausurada por las autoridades del nacional-socialismo hitleriano. Inicialmente tuvo su sede en Weimar (1919-1924), después en Dessau (1924-1930) y finalmente en Berlín Steglitz (1930-1933) y su andadura estuvo ligada a las personalidades de sus tres directores: Gropius (de 1919 a 1928), Meyer (de 1928 a 1930) y Mies van der Rohe (de 1930 a 1933).

Gropius publicó el Manifiesto Fundacional y un programa detallado, en forma de folleto de cuatro páginas. El objetivo era crear el edificio del futuro que integraría arquitectura, escultura y pintura en una sola entidad, uniendo artesanos y artistas, preconizando reunificar todas las disciplinas artesanales y originar la obra de arte unitaria. El Manifiesto es un texto expresionista, con características corporativistas-medievalistas, si cabe de inspiración masónica.

Durante el periodo de Gropius se distinguen, la etapa de Itten, de 1919 a 1923, con tendencia místico oriental expresionista y la etapa de 1923 a 1928 con Moholy-Nagy inicialmente y después con la inclusión de J. Albers, influida por la estética del constructivismo.

Con la dimisión de Gropius en febrero de 1928, se cierra una etapa de la Bauhaus - quizá la que ha sido más mitificada - y empieza una nueva de corta duración, de 1928 a 1930, bajo la dirección de Meyer. Supone el paso del constructivismo al funcionalismo y, a juicio de muchos autores, el único periodo en que se empezó a impartir una enseñanza científica aunque, curiosamente, no está suficientemente valorada.

En 1930 los nazis cerraron la sede de Dessau y se trasladó a Berlín. Meyer fue sustituido por Mies van der Rohe hasta la clausura definitiva del centro en 1933. Dio un mayor contenido teórico a los cursos pero su etapa supuso un periodo de escasas contribuciones, tanto teóricas como prácticas, volviéndose a una concepción puramente formalista del diseño.

La heterogeneidad de la Bauhaus en sus planteamientos es criticada por muchos en cuanto a su función como escuela de diseño racional, aunque para otros adquiere visos de leyenda y de mito.

Las críticas al igual que los panegíricos parten de variados enfoques. El recientemente fallecido Tom Wolfe, hizo a finales del siglo pasado una concluyente condena.

Para otros, las construcciones estilo bauhaus, que preconizan lo lineal y lo geométrico --excluyendo las formas curvilíneas y los adornos-- originan una arquitectura fría e impersonal.

A pesar de que al inaugurarse la Bauhaus el número de mujeres superó al de hombres, ciertamente fueron relegadas a labores de cerámica o telar, excluyéndolas de la arquitectura porque, según el fundador, las mujeres tienen una visión bidimensional y el hombre tridimensional.

De cara a su importancia para la enseñanza del diseño --ya sea para proyectos de ingeniería, de arquitectura, industrial o gráfico-- debemos limitar la experiencia Bauhaus, quizá, a sus características de antiacademicismo y actitud real-utópica, además de la confianza y el optimismo en las posibilidades humanas racionales de diseño.

No cabe duda que --con independencia de las opiniones que se tengan sobre la Bauhaus-- la institución marcó un hito revolucionario en la enseñanza del diseño, la arquitectura y el arte. Aunque solo sea por ello, merece el reconocimiento a los cien años de su nacimiento. La Unesco, en 1996, la declaró, junto con sus sedes de Weimar y Dessau, Patrimonio de la Humanidad. La Ciudad Blanca de Tel Aviv, construida en los años treinta por arquitectos judíos exiliados de Alemania, con más de cuatro mil edificios estilo bauhaus, fue asimismo declarada Patrimonio de la Humanidad en el 2003.

* Doctor ingeniero y académico correspondiente