Estamos al final de la Semana Santa, época grande en el calendario católico. Para el cristianismo estos días representan el sufrimiento muerte y resurrección de Jesús de Nazaret en la cruz, siendo una semana de recogimiento y reflexión, La vida del Mesías la encontramos narrada en la sagrada Biblia, en el nuevo testamento, escrita por los apóstoles que compartieron y aprendieron las predicaciones de Jesús, un hombre humilde que luchó por los hombres y murió por ellos, (entendamos hombres por personas en general)

El Mesías predicaba el amor por los demás, amor por uno mismo, la lucha por la igualdad, por la justicia social de aquella época, enseñaba a las personas a ser mejores, a no dejarse vencer por la parte que nos aleja de la humanidad, haciendo referencia a los pecados del ser humano. Siglos después me produce gran tristeza comprobar que no se contemplan grandes cambios de bondad en las personas, ni aun cuando un hombre se sacrificó para que el resto aprendiera a ser mejor, y siendo la biblia el libro más antiguo de la historia, y como podemos leer a continuación, es muy acertado al escribir y describir los peores sentimientos del ser humano.

Los pecados capitales que según las enseñanzas de la fe católica, son las inclinaciones naturales del ser humano que nos llevan a cometer otros pecados, y se refiere al termino capital no por su gravedad sino a que cada uno de ellos nos llevan a cometer otros, y aunque la biblia no da un listado concreto de ellos, si hace referencia a estos siete.

Soberbia: creerse mejor que los demás, amor indebido por sí mismo, altivez, engreimiento, petulancia. “Al orgullo le sigue la destrucción a la altanería el fracaso” (Proverbios 16:18)“El señor es excelso, pero toma en cuenta a los humildes y mira de lejos a los orgullosos” (salmos 138:6)

Envidia: querer tener lo que otros tienen, el envidioso siente pena, rabia ante lo que consiguen los demás y alegría en las desgracias ajenas. “Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas” (Santiago 3:16)

Avaricia: deseo excesivo de obtener riqueza para luego atesorarla y no compartirla, utilizando medios ilícitos si es necesario. “Porque nada hemos traído a este mundo y, sin duda, nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, estemos contentos con esto”. (1 Timoteo 6: 7-8)

Ira: enojo, rabia, venganza, furia, violencia, La biblia no prohíbe el enojo como emoción en casos de injusticia, abuso, opresión, siempre que nos impulse a luchar contra esa situación. Pero si prohíbe que este sentimiento se convierta en ira destructiva e irracional. “No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien”. (Romanos 12:19)

Lujuria: apetito desordenado e ilimitado de los placeres carnales. “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa está fuera del cuerpo; pero el que fornica, contra su propio cuerpo peca”. (1 corintios 6:18)

Gula: Apetito desmedido por la comida y la bebida. “Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, ni en lascivias y libertinaje, ni en pleitos y envidias” (Romanos 13:13)

Pereza: aflicción desequilibrada al descanso y al ocio, descuida sus deberes con dios consigo mismo y con la sociedad. “Perezoso, Un poco de sueño, un poco de dormitar, un poco de cruzar las manos para dormir, así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado”. (Proverbios 6: 9-10-11).

Tanto católicos como no católicos, y no solo por Jesús de Nazaret, sino por todos aquellos hombres y mujeres que han sacrificado su vida para que otros vivan mejor, en una sociedad más justa, con mejores principios y valores, intentemos cambiar esas cualidades negativas del ser humano, por otras como: humildad, sinceridad, bondad y un largo etc… y sobre todo por humanidad que en los tiempos que corren es muy necesaria, y a ser posible que no sea solo por una semana.

* Licenciada en Ciencias del Trabajo