En una casa patio de la calle Badanas, la casa Santo Dios, como en otras de Córdoba, se daba el uso de relación y profesional que hoy llamamos Coworking. Uno de los frilance allí alojados fabricaba botos en su mesilla de zapatero, que en verano, la instalaba a la sombra de un grandioso limonero que refrescaba el patio, de manera que hacía más placentera su jornada laboral. Juan Rodríguez Cuevas. Así se llamaba este profesional del calzado a medida, mi abuelo.

Por aquel tiempo, mi abuela Juana se empeñaba en hacernos dormir la siesta a mi primo Rafa y a mí, contándonos historias que conseguían que ella entrara en el coma sestero antes que nosotros.

Una de esas tardes de verano nos contó algo de lo que no se había hablado en la familia y que sin duda, ese día, un sentimiento especial le provocó a la necesidad de expresarlo: narró cómo nuestro abuelo Juan logró salvarse del fusilamiento cuando estaba ya subido al camión de la «saca» camino del cementerio, con el resto de compañeros del Ayuntamiento.

Nuestro abuelo, funcionario municipal de Arbitrios del Ayuntamiento de Córdoba, un hombre callado y formal, yo diría que hasta sumiso, tardaba algo menos de cinco minutos en llegar a su casa cuando salía del trabajo. Un día del verano del treinta y seis, notó, nuestra abuela Juana, que tardaba más de lo normal. Se echó a la calle, llegó al Ayuntamiento, preguntó y efectivamente: se lo habían llevado detenido junto a muchos de los funcionarios, a la comandancia de la Guardia Civil, en Medina Azahara.

Nuestra abuela era una excelente sastra y le cosía a un alto mando de la Guardia Civil. Sin pensar fue a verlo a contarle lo sucedido. Parece que este hombre removió cielo y tierra y al final lo consiguió. Entraron en el patio de la comandancia. Este hombre le dijo: «Juanita tú no mires a nadie, aunque te llamen... tú sigue andando» así nos lo contó nuestra abuela. Pudieron bajarlo del camión que ya se iba y salvó la vida.

Sabemos lo injusta que es una guerra. En la nuestra del treinta y seis sin duda se acentuó la injusticia. Al golpe de estado siguieron tres años de barbarie. Después, con la victoria del bando sublevado y hasta 1975, durante un periodo de 36 años, se instaura en España un régimen autoritario y antidemocrático conocido como franquismo.

Durante este periodo se margina a las familias de los vencidos, que viven en la más profunda miseria, mientras se les daban concesiones de estancos a las viudas de los caídos por la patria, y a sus huérfanos licencias de taxista.

Nuestro abuelo Juan, como tantos otros, tuvo que buscarse la vida. Echó mano del oficio artesano aprendido en su juventud y de un familiar que regentaba la famosa en Córdoba tienda de curtidos Varo. Nunca recuperó su plaza en el Ayuntamiento, y entre él y su esposa Juana sacaron adelante y con dignidad a su familia.

Hoy, mi primo Rafael me trae una gran noticia: el acuerdo del Exmo. Ayuntamiento Pleno de la Declaración de reparación y reconocimiento personal prevista en la Ley de Memoria Histórica, para los empleados del Ayuntamiento de Córdoba sancionados y depurados por motivos políticos, ideológicos o de creencias, en virtud de un bando del Gobernador Militar de Córdoba de 4 de septiembre de 1936, que afectó a toda la plantilla del Ayuntamiento. Se acuerda incorporar esta declaración a los expedientes personales del archivo municipal para que quede constancia de este reconocimiento como víctimas del franquismo, que les llevó a la pérdida de sus derechos y sus puestos de trabajo como empleados municipales.

Acompaña a este Dictamen de la Comisión Permanente un listado de 245 hombres y 3 mujeres. En total 248 personas funcionarios municipales con puestos tan distintos que van desde veterinarios, aparejador y secretario de Alcaldía a ordenanzas, pasando por una directora de cantinas escolares y guardias municipales.

Nuestro homenaje a nuestro abuelo:

«Don Juan Rodríguez Cuevas.

Ayuntamiento de Córdoba. Profesión: Vigilante del Resguardo Arbitrios. Fecha de cese: 20 de octubre de 1936».

* Nieto de Juan Rodríguez Cuevas y presidente de las Hermandades del Trabajo de Córdoba