«No dejar a nadie atrás» es el lema con el que la ONU celebra este año el Día Mundial del Agua. Desde Emacsa nos ha resultado muy fácil unirnos a esta forma de entender el mundo y el agua. La sostenibilidad y la igualdad son dos conceptos claves para esta empresa municipal, que en su 50 aniversario tiene muchas razones para hablar de excelencia.

Además de unos niveles óptimos de calidad, en los últimos años, Emacsa ha querido ir más allá y ha acompañado su labor diaria con lemas como éstos: «Agua, fuente de igualdad» y «Somos 70% agua, 100% iguales»; dos formas distintas de decir que todos y todas somos iguales ante el agua.

En el caso de la ONU, su propósito está dirigido al mundo, en un intento de hacer llegar este recurso vital a todas y cada una de las poblaciones, superando situaciones que nos obligan a ver a niñas transportando agua durante kilómetros, en lugar de jugar o estudiar; a mujeres que mueren en el parto por falta de higiene; a personas enfrentadas por unas gotas de agua que aplaquen la sed de sus familias y de sus cosechas; a menores que pierden la vida por lo que aquí nos parece una enfermedad menor como una diarrea, y un etcétera tan largo que podría sonrojar al más mezquino de los humanos.

Sin caer en la indolencia o en el mirar para otro lado ante cuestiones que entendemos no están en nuestras manos, desde Emacsa hemos tratado de combatir las desigualdades aplicando un baremo que nos corta a todos y a todas por el mismo patrón. Un traje de igualdad que nos permita desarrollarnos libremente en nuestra diversidad.

Córdoba es una ciudad moderna, abierta al mundo, donde viven personas de todas las ideologías, orientaciones y creencias. Cada una de estas personas desarrolla su vida en lugares y entornos diferentes. No hay dos hombres idénticos ni dos mujeres idénticas. Nadie es como nadie, ni nadie aprende por cabeza ajena. Pero sin lugar a dudas, hay rasgos absolutamente idénticos, que aprendemos por propia experiencia y que todos y cada uno de los seres humanos siente por igual.

Uno de esos rasgos viene determinado por nuestra relación con el agua. Es siempre la misma. Sea cual sea nuestra edad o sexo, nuestra orientación sexual, profesión o barrio en el que vivamos. Una obviedad que desde Emacsa no pasamos por alto, es más, se ha convertido en el corazón de las principales iniciativas que he desarrollado como presidenta de esta casa.

Nadie sin agua para no dejar a nadie atrás. Nadie sin agua para que desde las poblaciones donde el agua está garantizada salga una gran ola de solidaridad con aquellas que no tienen la misma suerte.

El objeto social de Emacsa es gestionar los servicios de abastecimiento y saneamiento que competen al Ayuntamiento de Córdoba. Desarrollar este trabajo de forma óptima ha sido una seña identidad de esta empresa, que ahora quiere afianzar este compromiso reforzando la idea de dar un servicio de igual calidad a toda la ciudadanía; esto implica que todas las redes estén en las mismas condiciones de idoneidad, que todas las personas tengan posibilidad de acceder al agua aunque las circunstancias económicas o sociales les dificulten el pago de la factura, que se bonifique a determinados sectores de la sociedad como personas jubiladas, paradas o pensionistas.

Esto implica lanzar un mensaje desde lo local a lo universal. Si en mi ciudad todos y todas somos iguales ante el agua, eso debiera impulsarnos a colaborar en nuevas fórmulas que hagan que el agua deje de ser un privilegio o un motivo de guerra, de enfermedad y de muerte en otros lugares del mundo.

Nadie sin agua en Córdoba y en el mundo. Ese es el reto de todos y todas, vivamos donde vivamos. Ese debe ser el objetivo de un planeta sostenible y donde todas las personas tienen el mismo valor.

Feliz Día Mundial del Agua para todos y todas.

* Alcaldesa de Córdoba y presidenta de Emacsa (Empresa Municipal de Aguas de Córdoba)