El primer Consejo de Gobierno de la Junta bajo la presidencia de Juan Manuel Moreno se celebró el sábado en Antequera, en un acto que, junto al arranque formal del trabajo de los nuevos gestores, tuvo una importante carga simbólica tanto por el lugar escogido para la cita como por los primeros acuerdos adoptados. El 4 de diciembre pasado se cumplieron 40 años de la firma del denominado Pacto de Antequera, por el que once partidos políticos con implantación en Andalucía se comprometieron a aunar esfuerzos para conseguir «la autonomía más eficaz en el marco de la Constitución» de 1978. La celebración en la ciudad malagueña del Consejo de Gobierno de esta etapa regida por Partido Popular y Ciudadanos rinde homenaje a aquel espíritu autonomista -germinado un año antes en las manifestaciones de 1977- y lanza un mensaje de compromiso y defensa frente a los planteamientos recentralizadores que han sobrevolado el debate político en los últimos tiempos. En este aspecto no se atiende el mensaje de Vox, al reafirmar con claridad el presidente Moreno «la capacidad de autogobierno para transformar Andalucía». Ya se irá viendo hasta qué punto Vox optará por dejar gobernar a los socios PP-Cs o irá creando situaciones de dificultad que le permitan ganar protagonismo. La elaboración de los presupuestos del 2019 será la primera prueba que pasará el cogobierno, pues es imprescindible el apoyo de Vox para sacar adelante las cuentas de la comunidad, que podrían ver la luz a principios del verano. Los presupuestos ya reflejarán las verdaderas intenciones y objetivos del Gobierno en este cambio de ciclo político en Andalucía. Mientras llega ese momento, el Ejecutivo ha tomado ya sus primeras decisiones. La primera, encargar a la Intervención una auditoría para analizar la distribución de competencias entre consejerías y doce agencias públicas, y a la Cámara de Cuentas otra que audite la RTVA y Canal Sur Radio. La segunda obedece al cumplimiento de la promesa fiscal estrella del Partido Popular de bonificar al 99% el impuesto de sucesiones y donaciones, lo que en la práctica supone su eliminación cuando esté listo el decreto. Andalucía pone en marcha su cambio. Un cambio que podría ser saludable, pero que la presencia de Vox hace incierto. La mayor incertidumbre estará en si verdaderamente los socios Juanma Moreno y Juan Marín y sus equipos pueden gobernar con libertad. En sí, la normalidad del relevo, la forma en la que el PSOE se prepara para ejercer una oposición dura, y las novedades en la distribución de las consejerías --un organigrama algo complejo, con el tiempo se irá viendo si es operativo-- abren una etapa de gran interés en la que la clave estará en si se cumplen esas expectativas difundidas por el nuevo presidente de trabajar por el progreso de Andalucía o las interferencias son tan grandes que el experimento se traba en el gran tablero electoral que se avecina en mayo.