Dominic Cummings fue el principal estratega de comunicación de la campaña en favor del brexit en el Reino Unido. Suyos fueron los hits que más mella hicieron en el desorientado electorado británico: el eslogan Take back control (Recupera el control) y la especie, falsa, de que Londres pagaba a la Unión Europea 350 millones de libras semanales que, tras la ruptura, se destinarían a la sanidad pública. Suya fue, también, la decisión de contratar a la empresa Cambridge Analytica, que sirviéndose de datos personales sustraídos a Facebook perfeccionó y personalizó la propaganda antieuropea para movilizar en favor del leave (salir) a cientos de miles, tal vez millones de británicos.

El largometraje Brexit: the uncivil war, disponible en HBO, no narra solo las múltiples trampas, mentiras y exageraciones en las que se basó la exitosa campaña del brexit. Disecciona, sobre todo, cómo las élites acaudaladas, ajenas al escrutinio público y conjuradas con responsables políticos, maniobran entre bambalinas y contratan a profesionales sin escrúpulos para manipular a la opinión pública y así cambiar el curso de la historia. Lo lograron en el Reino Unido. Y en Estados Unidos, con la victoria de Donald Trump. Y aquí... aquí aún están en ello.

La guerra incivil del brexit ha fracturado de tal modo a la sociedad británica que ya no tiene un camino virtuoso que transitar. La premier Theresa May, que en el referéndum hizo campaña por la permanencia en la UE, ha intentado un imposible: cumplir escrupulosamente el mandato de las urnas y a la vez minimizar los daños para el Reino Unido. Al margen del brutal impacto que el brexit tendrá sobre la economía británica, el acuerdo con Bruselas no satisface ni a los partidarios de la ruptura, que la juzgan insuficiente, ni lógicamente a los defensores de la unión, que ven confirmados sus peores presagios.

Rendir cuentas

Cummings reconoció tras el referéndum que su convocatoria fue «una idea estúpida», y que habría sido mejor para el Reino Unido la derrota del brexit. Él, al menos, ha tenido que rendir cuentas ante las autoridades británicas.

* Periodista @Enric_Hernandez