Cuenta la leyenda que El Cordobés, cuando ya iba despegando, pidió un caché de un millón de pesetas por torear en Madrid (¿O era en Vitoria?), y el entonces empresario de Las Ventas le dijo algo así como... «sí, hombre, ¡y un jamón!». Para los millennials aclararé que era como decir «y qué más», o «y una mierda». A la siguiente temporada le pagaron un millón, pero Manuel Benítez pidió además que se incluyera el jamón en el contrato. Así que ayer, cuando el PP salió de su reunión con Vox diciendo que las peticiones de la formación de extrema derecha eran inaceptables lo primero que imaginé es a Teodoro García Egea diciéndole al lugarteniente de Abascal, Javier Ortega, eso de «y un jamón». En el colmo del surrealismo, Vox no se conforma con el blanqueamiento de haber conseguido una sesión negociadora con el PP, sino que pide que se traslade la celebración del Día de Andalucía del 28-F al 2 de enero, fecha de la Reconquista que acaba de celebrarse en Granada. Y claro, siguiendo el ejemplo de los Reyes Católicos, la expulsión de 52.000 inmigrantes ilegales que viene a simbolizar la de los judíos y los moriscos. Derogar las leyes contra la violencia machista y memoria histórica y devolver al Estado las competencias en educación, sanidad, justicia e interior parece mucho pedir para doce escaños, pero ahí los tenemos. Hay más peticiones, que deberían dejar al PP escarmentado del talante negociador de Vox, pero nunca se sabe. A ver si al final, para conseguir la Junta, les dan hasta el jamón. Ah, y por fin sale Adelante Andalucía a escena.