Este pinocho, o alcornococho, cínico, que no hay madera suficiente en el mundo para lo que le crece la nariz; que mejora en sus tics a quien le mueve los hilos; que en unos meses ha superado a su gepeto; blancanieves con sus siete enanitos que vuelve loco al espejo de la madrastra; ceniciento conchabado con sus hermanastras para romper el zapatito de cristal y volvernos calabazas y ratones; bella durmiente para dormirnos en su tiempo; alicia en su país de las maravillas; mago de oz y vaciedades; tarzán con su chita y su jein; mogli en su selva con su balú y su baguira; ali baba y sus cuarenta ali babas con su ábrete sésamo ante la nada; aladino que quiere que creamos que su orinal es su lámpara maravillosa; pulgarcito en tratos con el ogro para degollar a quien se duerme; señor de los anillos en su sauron y gandalf, sus elfos y sus jobits; ripichip que se cree el león de narnia y nos encierra en su armario apolillado que no lleva a ningún sitio; gato con botas charlatán que engaña hasta a su dueño; capitán ahab y que nos hunda su ballena blanca; john silver el largo en su isla sin tesoro; míster jaid sin doctor yekil; frankestein a base de costuras; juan sin miedo convertido en otro fantasma del castillo. Este anfibio anuro que cree que a cada salto se convierte en príncipe; jarri póter y su magia para sacar humo; aprendiz de brujo que transforma cada escoba en más escoba; rey león con vocecita de bambi; dumbo que vuela con nuestras orejas. Este beatrix póter con sus bolsillos llenos de conejitos; principito, destruyendo todos los planetas; mari popins que nos dice que en su manga lleva una percha y otra percha, y ríe y no deja de reír; cascanueces que nos machaca la cabeza; geidi que trama con sus cabras matar al abuelo. Este sastrecillo valiente que engaña con un traje invisible al emperador. Este caperucita roja, flirteando con el lobo para comerse a la abuelita. Este barba azul y sus incontables cuartos vacíos; lechera con sus cuentas; cigarra que canta y cuenta a la hormiga que el invierno ya no existe. Este mil en dos rinconete y cortadillo, enseñando a timar a los trileros. ¡Este juego de tronos de esta historia interminable, érase una vez, colorín colorado este cuento no se ha acabado! ¡Y cuentos y más cuentos! ¡Tantos cuentos!

* Escritor