El youtuber Dalas Review ha sido absuelto de abuso sexual de menores «por falta de pruebas». Incluso cuando existen unos mensajes en los que le dice a una niña de 13 años: «Quiero que pierdas la virginidad conmigo». Incluso cuando varias niñas declararon haber sufrido el mismo acoso que la niña que denunció. Esta niña ha tenido que declarar frente a su abusador, acosada por el abogado de la defensa, un profesional muy agresivo. Tenía 13 años.

La fiscala debía haberla instruido y protegido. Pero esa fiscala no pasó un minuto a solas con esa niña. Porque así funciona nuestro sistema legal. Ya hace tiempo, Save The Children hizo correr un demoledor informe sobre los juicios por abuso de menores en España: 9 de cada 10 menores no denuncian porque 6 de cada 10 agresores son conocidos de la víctima (su padre, su tío, el novio de la madre, un amigo, como en este caso...). A su vez, 7 de cada 10 denuncias son sobreseídas. Por lo tanto, quizá uno de cada cien casos llegue a juicio. Pero 7 de cada 10 de los juicios relacionados con abusos sexuales a un menor acaban en absolución. Porque no se le da validez a la declaración del menor, que se ve obligado a relatar los abusos, una vez denunciados, hasta cuatro veces de media, en procesos demasiado largos y ante juzgados no especializados.

Un niño no deja de ser un niño. Se retracta o se contradice por miedo, por ansiedad o lealtad. Al fin y al cabo, el seductor le ha dicho que le ama, y el niño le cree. El abuso sexual es una de las formas de violencia más graves. Entre un 10% y un 20% de la población ha sido víctima de abusos sexuales en la infancia. Este es un caso mediático frente a muchos que no conocemos.

Los pediatras de hospitales públicos desgraciadamente sí conocen. Niñas de 11 años embarazadas o con enfermedades de transmisión sexual cuyos abusadores son absueltos. La justicia patriarcal no solo no protege a las mujeres. Tampoco a los niños.

* Escritora