Durante cuarenta años, los españoles hemos conmemorado la fecha en la que refrendamos nuestra Constitución de 1978 con actos institucionales, con palabras de reivindicación del texto constitucional y manifestando la necesidad de seguir mejorando nuestro proyecto común a partir de la senda que nuestros padres y abuelos nos mostraron aquel día. Así, el 6-D se ha convertido en una jornada para recordar que el pueblo español apuntaló un proyecto de ciudadanos libres e iguales, con derechos y libertades consagrados. Una jornada, en fin, para celebrar nuestra democracia. Desde hace años, también en nuestro país, formaciones nacionalistas y populistas se niegan a celebrar el aniversario de la Constitución. No es de extrañar, habida cuenta de que buscan y promueven la liquidación del actual pacto común español.

Es por eso que, ahora que estamos en el cuadragésimo aniversario de nuestra Constitución, los que somos partidarios de defenderla no podemos caer en la trampa de quienes llevan años desprestigiando y denostando el texto fundacional de nuestra democracia. Llevamos demasiado tiempo escuchando a Podemos, a los nacionalistas y a los separatistas arremeter contra la Carta Magna, pero en Ciudadanos no les vamos a hacer el juego. Nosotros sabemos que la Constitución española no es la culpable de todos nuestros males como algunos pretenden hacernos creer. Sabemos que los valores de libertad, igualdad, unión y solidaridad que consagramos juntos en 1978 gracias a la generosidad de muchos españoles que pusieron a su país por delante de sus intereses son los mismos valores presentes en el espíritu fundacional de la Unión Europea. Por eso, cada 6-D miramos al pasado porque tenemos memoria, pero miramos también al futuro porque tenemos esperanza en un horizonte común.

Como andaluz, como español y como representante público, solo puedo sentir orgullo de pertenecer a una democracia europea del siglo XXI, una democracia como la española que, además, fue un ejemplo a nivel internacional de reconciliación entre ciudadanos. 40 años después, me cuesta comprender que en otros países del mundo se mire mejor a España que desde dentro. Me cuesta comprender cómo puede ser que otros líderes políticos, más allá de las legítimas discrepancias, sean incapaces de reconocerse en nuestro texto constitucional. Estoy convencido de que los políticos que no celebran la Constitución es porque no quieren celebrar lo que la misma consagra: igualdad entre españoles, libertad y solidaridad entre ciudadanos y comunidades autónomas. Y a nosotros no nos engañan. Los que creemos en la democracia española no podemos permitir que quienes llevan años demonizando nuestra Constitución se salgan con la suya.

Es por eso que me apena ver cómo el PSOE, que gobierna con el apoyo de todos los partidos que quieren acabar con la soberanía nacional, se dedica a atacar a los que la defendemos sin complejos en todos los lugares de España. No puedo entender cómo para el PSOE de ahora, Bildu se ha vuelto constitucionalista y en cambio, Ciudadanos ya no lo es, en palabras de su portavoz, la señora Lastra. Hace 40 años, nuestros padres supieron mirar más allá del corto plazo y se dieron la mano entre compatriotas para avanzar en la que ha sido la etapa más próspera de nuestra historia. Ese espíritu de fraternidad es el que debemos reivindicar hoy. Desde Andalucía, desde toda España.

En estas últimas semanas, algunos me han reprochado que desde Andalucía defienda una España de ciudadanos libres e iguales, como si lo que sucede en mi tierra no tuviera nada que ver con el futuro de 47 millones de españoles. El señor Torra me amenazó con denunciarme por haber defendido a todos los andaluces de los insultos que él mismo escribió de su puño y letra. Por supuesto que necesitamos un nuevo proyecto nacional que nunca más permita que se vuelva a enfrentar a los españoles, un nuevo proyecto que recupere el espíritu de nuestra Constitución. Eso es lo que en Cs defenderemos desde Sevilla, desde Barcelona y desde Alsasua. El día 6 de diciembre, pero también el resto de días del año. Es nuestro deber.

(*) Este artículo se incluye en la revista especial de Diario CÓRDOBA publicada con motivo del 40º aniversario de la Constitución española