El biznieto más famoso de Franco, Luis Alfonso de Borbón, es un señor con hechuras de armario, casado con una heredera venezolana y al que le gusta mucho jugar al polo, deporte, como todos sabemos, al alcance de cualquiera. Luis Alfonso fue criado por su abuela, la hija única del dictador, una señora que pasó sus primeros años pariendo hijos y los últimos jugando al bridge con sus amigas. Luis Alfonso, cuya mamá, Carmen Martínez Bordíu, ha sido muy libre toda su vida (entendiendo libertad como después de mí, el diluvio) ha vivido una vida con unas referencias cuanto menos, peculiares, dado que también se le considera heredero del trono francés, honor que él ha aceptado graciosamente. Quiero decir que muy apegado a la realidad no vive Luis Alfonso de Borbón, la verdad. En el aniversario de la muerte de su bisabuelo, tuiteó que el caudillo fue responsable, ni más ni menos, de (y esto es textual) la clase media, la Seguridad Social, las viviendas protegidas, las carreteras, las universidades, los hospitales, las industrias, los pueblos, los pantanos y los bosques. Se dejó el mérito de descubrir el fuego e inventar la rueda, tal vez por esa falsa modestia que los grandes hombres saben practicar tan bien. Teniendo en cuenta que el peso de la púrpura francesa (que en el país galo no haya monarquía desde hace eones es un detalle nimio) le ha podido distorsionar un poco la percepción de la realidad, yo opto por ser magnánima con las afirmaciones de Luis Alfonso. Qué le vamos a hacer, en un país de 46 millones de personas tiene que haber de todo...

* Periodista