Valgan estas líneas para pararnos un momento a reflexionar desde distintos prismas sobre las violencias ejercidas contra las mujeres, violencias que acaban en víctimas y también aquellas otras que pasan más desapercibidas y que, desgraciadamente, hemos incluso normalizado o naturalizado. Hacer visible cualquiera de estas manifestaciones de desigualdad o de abuso hacia mujeres y niñas, parar para denunciar cualquier acto de este tipo que presenciemos y concienciar sobre la importancia de acabar con estas conductas sexistas es el primer paso para la erradicación de las violencias, violencias que no conocen fronteras ni clases sociales y que sitúan a las mujeres que las sufren en situación de especial vulnerabilidad a la hora de afrontar su vida laboral, personal o social.

Las instituciones públicas hemos unido nuestras voces contra la desigualdad y la subsistencia de cualquier tipo de violencia hacia la mujer con la firma de un Pacto de Estado contra la Violencia de Género, una herramienta a la que se han sumado, también, organizaciones, colectivos y expertos en la implantación de medidas para la erradicación de la violencia sobre las mujeres. Este documento ha de funcionar como nuestro principal aliado en la puesta en marcha de acciones concretas en todos los ámbitos de la sociedad española.

Entre los ejes sobre los que debemos trabajar está la mejora de la respuesta institucional a las víctimas de violencia de género a través del trabajo en red y el perfeccionamiento de la protección que se da a mujeres víctimas y a sus hijos, muchos de ellos menores que tenemos que proteger y atender de manera específica. También la visualización de todas las formas de violencia y el compromiso económico con la erradicación se encuentran recogidos en este Pacto.

Pero si hay un ámbito en el que debemos caminar unidos es el educativo. Trasladar a los jóvenes información sobre qué conductas de su día a día son violentas o machistas sin saberlo, hacerles ver qué peligros esconde la Red o qué hay de verdad y mentira en los contenidos que les llegan o a los que acceden son aspectos fundamentales para llegar a este colectivo. Es cierto que estamos trabajando mano a mano con la comunidad educativa en talleres, charlas y encuentros sobre prevención de la violencia, corresponsabilidad, igualdad real, etc; pero los datos demuestran que las chicas siguen sufriendo violencia de control, siguen siendo cuestionadas en sus redes sociales por su forma de actuar o de vestir. Es preciso que niños y niñas, adolescentes y jóvenes interioricen la igualdad como un valor esencial para la convivencia y que dejen de normalizar comportamientos tóxicos.

Para ganarle la partida a la violencia, para conseguir que dejemos de contabilizar nuevas víctimas de abusos, de maltrato, de agresiones verbales, de cualquier tipo de discriminación, tenemos que implementar medidas en el ámbito local y, al mismo tiempo, coordinar este trabajo con actuaciones de alcance regional y nacional. En este sentido, las diputaciones provinciales estamos decididas a jugar un papel clave y nos comprometemos a trabajar en cuatro cuestiones fundamentales. Por un lado, reforzando y coordinando medidas para erradicar la violencia, con especial énfasis en la población juvenil; por otro, implementando acciones que sumen a la ciudadanía, que la hagan partícipe en este compromiso compartido de rechazo a los agresores y apoyo a todas las víctimas.

Pero, además, nuestro empeño va mucho más allá y, a través de nuestras áreas o delegaciones de Igualdad, estamos desarrollando campañas anuales para recordar a todos los sectores de la sociedad que la lucha no se detiene, que existen muchas metas por alcanzar, que mientras siga habiendo una nueva víctima o una nueva situación de desigualdad nuestra labor no se detendrá. Los poderes públicos tenemos la responsabilidad moral de trabajar para conseguir una sociedad más justa, democrática e igualitaria, una sociedad exenta de cualquier forma de discriminación y en la que la violencia, en cualquiera de sus formas o manifestaciones, sea rechazada por todos.

* Presidente de la Diputación de Córdoba