Lo que más necesita un niño desde que nace hasta la adolescencia es amor, cariño. Cuando veo los albergues repletos de tantos chavales que han huido de sus hogares por culpa de la guerra, del hambre; solos, sin familia, sin afecto, perdidos en este mundo consumistase me parte el corazón y me pregunto qué rumbo seguirán sus vidas, qué será de su futuro incierto. Desgraciadamente, a no ser que tengan la suerte de encontrar un cobijo firme que encauce sus vidas, la mayoría de ellos, ¡ojala me equivoque!, serán arrastrados al mundo de la delincuencia y de la droga. Qué podemos hacer por ellos? Qué injusto es el mundo en que vivimos.