El 28 de septiembre hizo 26 años que mi hermana fue asesinada. El pasado martes 18 por fin conseguimos darle un entierro digno, ya que en su momento no nos permitieron nada. Con esto quiero decir que no consintieron que entrara nadie a reconocer el cuerpo y tampoco permitieron que pasara por la iglesia, sabéis lo que es para una madre vivir durante muchos años con la incertidumbre de que su hija pudiera estar viva, y seguir día tras día buscándola por cada rincón por el que ella andaba. Eso sinceramente no se lo deseo a nadie. Esa pena de no haberle podido hacer una despedida como se merecía la hemos tenido toda la familia y amigos.

Cada vez nos damos más cuenta que por más que luchamos cada vez vemos más lejos la posibilidad de hacerle Justicia. El otro día en su misa tenía claro que no pensaba revindicar nada, pero hoy sí, ya nos hemos cansado de callar y de ser la familia prudente que no quiere meter la pata en nada, ahora sí podemos gritar y decir sin miedo que el caso de mi hermana ha sido un despropósito total. Un no importar el dolor tan grande que sufría esta familia por no saber lo que pasó. Os voy a poner un ejemplo, es fuerte pero es la pura realidad: ¿Cómo hace 26 años la autopsia dictaminó que podría haber sido muerte natural, que ella podría haber ido a suicidarse a ese sitio, y 20 años después en la segunda autopsia nos dicen que ha sido brutalmente asesinada?

Quiero manifestar que mi hermana fue víctima de violencia de género y que 26 años después todavía no nos han permitido hacerle justicia, porque desde primera hora este caso no se ha tratado como debería y desde nuestro punto de vista ha habido muchas negligencias, por parte de los que han llevado a cabo la investigación. Solo hay una pregunta que continuamente me da vueltas en la cabeza: ¿tendrán la conciencia tranquila y serán capaces de dormir en paz?

Nosotros sí tenemos la conciencia muy tranquila porque hemos hecho todo lo que ha estado en nuestra mano, aunque tengamos la sensación de haberle fallado. Hace una semana, antes de saber cuándo le íbamos a dar descanso a mi hermana, mi madre escribió una carta explicando cómo se sentía y la rabia que tenía por dentro por todo lo que estábamos viviendo. Me pidió que le diera forma, esta carta iba dirigida a todas aquellas personas que se han encargado de llevar la investigación. Decía así:

Os escribo estas pocas letras para deciros que habéis hecho con el caso de mi hija lo que habéis querido, nos habéis engañado en todos los sentidos y habéis jugado con los sentimientos de una familia llena de dolor. Sé que me moriré sin haberle podido hacer Justicias a mi hija, lo mismo es que la mayoría de ustedes no tenéis hijos o hijas y no sabéis lo que duele perder de esta manera tan cruel a una hija, no tenéis corazón y mucho menos tacto a la hora de tratarnos. He hipotecado mi vida entera para que se pudiera sacar el caso adelante pero no ha servido de nada, un asesino tiene más derechos que la víctima. Lo que habéis hecho no tiene perdón de dios y entre todos me habéis quitado la vida y no vais a permitir que antes de que me muera consiga ver que se ha hecho Justicia. Sé que son palabras muy duras de una madre desesperada, pero también tiene ahora la tranquilidad de saber donde descansan los restos de su hija.

A partir de ahora lo único que nos queda es gritar y no quedarnos callados y sobre todo pedir que se siga trabajando en el caso porque un asesino anda suelto, y lo que estamos viviendo nosotros lo podría vivir cualquier familia. Piensen en sus hijos y en sus hijas indefensas e indefensos ante una justicia que no es segura.

Sole, hay mucha gente que nos apoya y que quiere que sigamos con la lucha, Tu fuerza es nuestra fuerza, no nos desampares nunca y enséñanos el camino a seguir, y sobre todo ayúdanos a que desaparezca de nuestros corazones tanto rencor, tanta sensación de culpa y de impotencia al pensar que te hemos fallado y que nunca la justicia estuvo de nuestro lado.

Para mí es un orgullo y una tranquilidad tenerte donde te tengo, porque así me siento más cerca de ti, aunque siempre me he sentido arropada y protegida. No dudes que seguiremos mientras nos lo permitan luchando por hacerte justicia. Gracias de corazón a todas esas personas que nos apoyan, no sabéis lo que significa para esta familia este apoyo, y sobre todo lo importante que sigue siendo para muchos de ustedes mi hermana.

Solo nos queda la satisfacción que nadie nos puede prohibir gritar: Justicia para Sole.