Dice El Mundo Today que están llegando muchas quejas a Apple porque al activar el asistente de voz en vez de Siri responde Villarejo. Podríamos hartarnos de reír con esta inteligente coña del diario satírico si no fuera porque el comisario, acusado de pertenencia a organización criminal, al que se le imputan delitos de cohecho, prevaricación, chantaje y blanqueo, ha decidido, desde la cárcel, sacar las tripas a algunas instituciones básicas del Estado. Se sirve para ello de una publicación digital recién aparecida, cuyos principios básicos son «política, poder y pasión», y marcar la agenda política nacional. En semana y media de vida ha logrado su objetivo, gracias a las grabaciones (¿cientos, miles?) que este maniobrero realizó en el ejercicio de su función pública y los diez años de excedencia en los que hizo grandes negocios valiéndose, presuntamente, de la extorsión. Parece que lo de la ministra Delgado es solo el cohete anunciador de la gran traca que tiene preparada. Y eso que el cohete tiene pólvora suficiente como para hacer naufragar al Gobierno de Sánchez, tan igualitario y tan feminista que tiene en la Notaria Mayor del Reino a una misógina confesa. No solo alardea de que prefiere trabajar con «tíos antes que con tías», es que en su rifirrafe con una senadora del PP masculló un imperdonable «le voy a hablar despacio para que me entienda», que es el mantra que todo machista suele utilizar con las mujeres. Más o menos como Cañete con Elena Valenciano. De momento, la principal víctima de Villarejo es Baltasar Garzón, que pintaba para ministro con Podemos.

* Periodista