El 3 de enero de 2016 fallecía el obispo Alberto Iniesta, que fue el hombre de confianza del cardenal Tarancón para el diálogo con los políticos y los movimientos ciudadanos. Ahora, el pasado 24 de septiembre, fueron inaugurados los Jardines Obispo Iniesta, en lo que en su época era una zona de casitas bajas y precarias, enfrente del cerro del Tío Pío, al que él mismo aludió en algún poema. Así lo ha autorizado la Junta Municipal del Puente de Vallecas, en una medida aprobada por todos los partidos y para la que empujaron con fuerza un grupo de fieles que luchan por mantener viva la memoria de quien, más que el obispo auxiliar de Madrid, fue su pastor. Y es que Iniesta nos dejó algunos «secretos» del enfoque de su vida: Siempre eligió ponerse del lado del más débil; era un verdadero hombre de fe, un hombre de Dios; era un converso; tenía un trabajo en la Caja de Ahorros de Albacete y lo dejó para marcharse al Seminario de «vocaciones tardías», en Salamanca; con él llegaron aires nuevos y muy limpios porque era, a la vez, una persona muy sencilla y muy preparada; llamaba la atención su vida de austeridad y su cercanía a la gente. El querido compañero José Lorenzo, redactor-jefe de Vida Nueva, cuenta que un buen día, el nuncio Dadaglio, harto de desayunarse con sus escritos en la prensa, le mandó por carta un tirón de orejas que recibió la Nochebuena de hace 40 años. Ni con él guardó la ropa, aunque sí las formas. Le contestó que si por ordenarse presbítero u obispo quedaba uno «impedido de opinar sobre lo opinable», él no tenía conciencia de haberse comprometido nunca a ello. «Y dudo mucho de que lo hubiera aceptado si se me hubiera propuesto». Por eso luego «no hizo carrera, tal como muchos la entendían, y entienden». Ahora, Iniesta tiene en Madrid unos Jardines, no solo con su nombre, sino con sus espléndidas lecciones pastorales. No conviene olvidar en esta hora de tantas «acusaciones y convulsiones», la actitud de tantos obispos, sacerdotes y fieles, en primera línea de fuego, a pecho descubierto, ejemplarizando un cristianismo audaz y ardiente.

* Sacerdote y periodista