Sorprendidos estamos los católicos de lo que está pasando en nuestro país. En muchas ocasiones, los ataques contra lo católico proliferan por doquier y aquí no pasa nada. Se contempla como libertad de expresión, y a los que critican estos ataques se les consideran enemigos de la libertad y retrógrados.

La libertad de expresión es un derecho fundamental de todo individuo para expresar sus ideas, contemplado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sin embargo, este mismo artículo restringe el derecho «a las establecidas por las leyes con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás».

La libertad religiosa es reconocida por el derecho internacional en varios documentos como el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia) y el Artículo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Esperemos que la reiterada importancia de la «libertad religiosa», de «conciencia», ayude al respeto de las creencias religiosas. ¡Sí, libertad de expresión pero sin ofender y sin burlarse de las religiones y de los que practican la religión!