Para la historia parlamentaria ha quedado la escena en la que la diputada de Podemos Carolina Bescansa se presentó en el Congreso con su bebé de seis meses. La política llevó a su hijo al escaño, donde le amamantó durante la sesión constituyente de las Cortes. Era un acto reivindicativo que pretendía poner el foco en las dificultades por las que pasa a diario la mujer para conciliar la vida laboral y familiar. Han pasado dos años de esa escena y ayer la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, acudió a la cumbre de la Asamblea General de la ONU con su hija de tres meses, una imagen inédita en el hemiciclo donde se reúnen los mandatarios de todo el mundo. Está claro que Bescansa ha creado escuela en las antípodas.