El Reino Unido ha reconocido por primera vez algunos de los efectos negativos de salir de la Unión Europea, como es el caso de las cuentas bancarias y pensiones de británicos en el extranjero, que quedarán en peligro si se produce un brexit sin acuerdo con la UE. Las primeras «notas técnicas» en previsión de una salida abrupta de la UE han alarmado al empresariado británico.