En las últimas semanas estamos conociendo algo más -¡por fín!- sobre los pasos que se están dando en materia de Pacto de Estado por la Educación. La enseñanza de la Religión en la escuela pública será de los últimos puntos a abordar, por la dificultad de consenso que presenta.

De no suprimirse la enseñanza de la Religión de las aulas públicas, no debería suponer mucha polémica. Primero porque se seguirá ofertando una alternativa para aquellos que estén en su derecho de no cursarla; y, segundo, porque la arraigada tradición de impartir Religión católica en la escuela pública ha fomentado una actitud de cierta conformidad: «Niño, qué más da, es solo una hora a la semana. Van tus amigos. Seguro que aprenderás algo bueno». Muchos padres españoles, más o menos practicantes o incluso menos creyentes, siguen la costumbre de matricular a sus hijos en la clase de Religión.

Además, si la Religión se quedara habría que buscarle su aspecto positivo. En ese caso, reflexionemos sobre aquel «seguro que aprenderás algo bueno». Muchas de las enseñanzas de la moral católica pueden ser compatibles con los valores que precisa la convivencia social. Así, el amor, la solidaridad, el respeto, la amistad o la ayuda, entre otros igualmente provechosos, son valores nada desdeñables para afrontar los grandes retos de la sociedad global (guerras, desigualdad, xenofobia, etc.), y a los que la escuela debe responder.

La Religión no solo puede llegar a contribuir a los llamados valores transversales. En las salidas extraescolares se suele contar con la visita a una iglesia o monumento, donde tener un mínimo de cultura religiosa puede ayudar a su interpretación y valoración. Igualmente cuando se trata de analizar y apreciar lienzos, sobre todo en aquellos donde el hecho religioso pasa desapercibido: la Torre de Babel, de Brueghel; el Jardín de las Delicias, de El Bosco; o la Sagrada Familia del Pajarito, de nuestro Murillo; obras habituales en las aulas. Son, en suma, interesantes argumentos para el consenso, que dan otra proyección a la asignatura de Religión en la escuela pública (la de todos): favoreciendo no solo su integración en el currículo escolar, sino también en el seno de la comunidad educativa.

* Graduado en Magisterio de Primaria