El Imibic es un proyecto común y compartido entre varias instituciones, Universidad, Hospital y Junta de Andalucía, que cumple ahora 10 años de recorrido. Es por tanto un proyecto joven, como jóvenes son sus protagonistas, no solo de edad, sino, sobre todo, de mentalidad. «Sobran los prejuicios y nada parece imposible si caminamos juntos». Es el espíritu de los investigadores, los técnicos y gestores del instituto, los residentes, las enfermeras, los doctorandos... Y así es: suyo es el presente y suyo es el futuro. Este, sobre todos los demás, es el pilar fundamental del Imibic, permanecer joven por más que se cumplan años.

Pero una década también da para hacer algo de historia y reflexionar sobre el camino recorrido, los logros y los fracasos, los retos pendientes y los deseos de futuro. Las líneas estratégicas que se marcó el Imibic en 2008 se han ido cumpliendo, creciendo y logrando cotas más altas de producción y calidad, de empleo y vinculación con el entorno social, al tiempo que se ha transformado en un recurso útil a sus instituciones de referencia. Las cifras hablan por sí mismas: queda mucho por recorrer, pero las personas que trabajan e investigan en el instituto y las instituciones que se esforzaron por ponerlo en marcha y ahora por mantenerlo pueden estar orgullosas de lo logrado y esperanzadas en el futuro del Imibic.

Las líneas del mañana ya están trenzadas: investigar para hacer realidad la medicina personalizada de precisión, donde convergen la biología celular y molecular, la medicina clínica, la bioinformática, la tecnología, el big data y la inteligencia artificial. Algo que ya está en nuestro día a día. Parte de su éxito radicará en la incorporación de la innovación como herramienta de avance para trasladar los descubrimientos en aplicaciones reales y útiles. La investigación biomédica traslacional, la que nos une y orienta, necesita de la innovación para que los descubrimientos se transformen en patentes y éstas en medicamentos. Ése es el sentido real de un instituto de investigación sanitaria, transformar y trasladar, transferir y aplicar los avances del conocimiento en la mejora de la salud de la sociedad. Y todo ello se ejemplifica mejor que ninguna otra manera en la investigación clínica de calidad. La investigación que cada día crece y mejora en nuestro entorno gracias al estímulo, la colaboración y el empeño conjunto de los profesionales y las instituciones. Ese es el futuro por el que pasa la llegada del conocimiento y de la investigación a los pacientes, al tratamiento y a la prevención de los enfermedades, en definitiva, a la mejora de la salud.

Para que estas líneas de futuro sean posibles, es imprescindible mantener la exigencia en nuestra práctica diaria, contar con los mejores recursos formativos, los de los investigadores que nos ofrece la UCO y los de los profesionales sanitarios que proporciona el hospital. Es preciso contar con los mejores investigadores, sean nacionales o internacionales, es imprescindible aumentar el papel de las investigadoras en nuestro entorno, apreciar y contar con su talento, y promover su liderazgo, pues en ello va el crecimiento de todos. Y para todo esto, es necesario mantener una financiación suficiente, que nunca debe llamarse gasto, porque no lo es, es la mejor inversión que una sociedad puede hacer en su futuro, en nuestro futuro común, el de estos jóvenes que llenan el Imibic, la Universidad, el Hospital, nuestra ciudad, y que solo esperan nuestro apoyo para dar a la sociedad lo que la generación mejor preparada de nuestra historia tiene para nosotros: un futuro mejor para todos.

* Director científico del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (Imibic)