Los jóvenes cordobeses buscan, cada vez más, su salida laboral a través de los estudios de Formación Profesional, de manera que, por primera vez, en el actual curso escolar hay en Córdoba más alumnos matriculados en FP que en Bachillerato. La administración educativa intenta moverse al ritmo de esta demanda, y en los últimos cinco años ha incrementado la oferta con doce nuevos ciclos. No es suficiente, pues en algunas especialidades se forman tremendas listas de espera, dado que ofrecen el perfil de especialistas y técnicos que reclama hoy el mundo de la empresa. No hay más que ver el éxito de la FP Dual (formación en el centro y en el puesto de trabajo), que en apenas cinco años de implantación ya cuenta con 54 de las 350 unidades existentes en la provincia. Todo indica que en la FP se está produciendo la necesaria conexión entre la formación y las necesidades del mercado laboral, y por eso hay 500 empresas de la provincia implicadas en el sistema. Quizá la crisis ha traído este baño de realismo, en el que es importante que la Consejería de Educación responda con ciclos formativos de calidad y control de las condiciones de las prácticas de los alumnos. Y la tendencia demuestra que no debe seguir en el limbo la futura Ley Integral de FP, considerada por la Junta de Andalucía como un elemento clave para redefinir el modelo productivo andaluz. Debátase en el Parlamento y apruébese, pues la sociedad la demanda.