La crisis política en Nicaragua se recrudece tras la violenta represión de una protesta que acabó con al menos 11 muertos. La Iglesia suspendió el diálogo para buscar una salida al conflicto de la reforma de la seguridad social. El presidente parece haberse quitado cualquier pudor y responde con violencia a los que denuncian la desatención a los ciudadanos y la corrupción del poder.