En el Diario CÓRDOBA del pasado día 5 de mayo, en las páginas de opinión, aparecía un artículo que titulaba Impunidad con la firma de Alba Doblas, viceportavoz del Grupo Municipal de IULV-CA en el Ayuntamiento de Córdoba. Iniciaba el artículo diciendo que lo peor de esta situación judicial se nos ha mostrado con la sentencia y el voto particular de La Manada. Si solo hubiera sido eso no le habría dado mayor importancia sobre una cuestión en la que todo el mundo, jurista o no, se permite opinar.

Pero a continuación manifiesta que lo que le motivó a escribir su artículo es la comparativa con otro caso que es objeto de juicio en estos días y que a su entender demuestra, y empiezo a entrecomillar, «cual es el gran fallo de este sistema español». Y en relación con el juicio de los jóvenes de Alsasua por supuestamente agredir a unos guardias civiles en un bar se permite decir, y vuelvo a entrecomillar, «el fiscal hace un relato político de los hechos según su opinión y en contra de las últimas pruebas evidenciadas. Hay vídeos que demuestran que el testimonio de uno de los guardias civiles es absolutamente falso».

¿Es consciente la señora Doblas de que está acusando al fiscal, por analogía de prevaricar?, ¿es consciente de que está acusando a un guardia civil de falso testimonio en juicio? Y su osadía llega al punto, y si mi calificativo la ofende pido disculpas, cuando dice, y lo entrecomilla, «que se ve al guardia relajado en un ambiente de jolgorio y disfrutando de su acción», trasladando a este juicio el voto particular de la sentencia de La Manada Esa transpolación tiene su intencionalidad, pues al lector profano en materia jurídica le llega el mensaje no subliminal sino directo de que el guardia civil estaba disfrutando con su agresión.

Y como si estuviese redactando un hecho probado de la sentencia añade con referencia al guardia civil «con la camisa impoluta tras supuestamente haber recibido una paliza que según los forenses, no se dio por la ausencia de marcas en el cuerpo de los presuntamente agredidos».

Igualmente al hacer esas afirmaciones la señora Doblas ha dado por supuesto que ha estado presente en el juicio y ha tenido acceso a todas las pruebas documentales y periciales que el juez instructor ha ido acumulando durante la fase de instrucción del sumario.

Continúa la señora Doblas en su artículo con el siguiente párrafo:

«La impunidad heredada de un régimen franquista, dictatorial y asesino, de jueces, magistrados y fiscales cuyas declaraciones y juicios de valor pueden contener desde insultos a las víctimas a mensajes seudo fascistas, sin que se les pueda meter mano, no ya por la vía penal, sino simplemente disciplinaria».

Como abogado con más de cincuenta años de ejercicio profesional, como decano del Colegio de Abogados de Córdoba durante diez años no puedo resistirme a manifestar públicamente mi indignación y malestar y sobre todo tristeza. Que una representante del pueblo de Córdoba se permita decir esto. Con independencia de la vulgaridad de la expresión «meter mano», cuánta ignorancia se desprende del artículo de la Sra. Doblas. Los jueces no hacen declaraciones ni juicios de valor, pues mientras no se modifiquen las Leyes de Enjuiciamiento Civil y Criminal su labor se centra en dictar sentencias. Tampoco los fiscales en sus escritos de acusación hacen juicios de valor, ni insultan a las víctimas, pues al contrario su misión al defender la legalidad están defendiendo a las víctimas.

No he encontrado en mi larga vida profesional ningún mensaje seudo fascista en la sentencia de un juez ni en ningún escrito de acusación del Ministerio Fiscal.

Tampoco escapa al escarnio de la Sra. Doblas «la soberbia de los guardias civiles y policías al saber que tienen las de ganar estén en el ejercicio de sus cargos o no».

Y ya englobando a la policía y a los jueces termina diciendo «Eso es lo que tiene que cambiar en este país, para que podamos salir a la calle sin miedo a que cualquier policía nos acuse falsamente, apoyado por una judicatura que sentencia en contra del pueblo al que debe defender».

La policía acusa falsamente y la judicatura apoya esa falsedad; así con esa rotundidad se pronuncia la señora Doblas en su artículo. Y el cambio que ella propugna es para que se pueda hablar de democracia. Gracias a esa democracia usted ha sido elegida para representar al pueblo de Córdoba en el Ayuntamiento.

Como abogado en ejercicio con una larga trayectoria profesional solo tengo para los jueces y fiscales palabras de respeto, admiración e incluso de agradecimiento con respuesta de reciprocidad por su parte.

Como decano del Colegio de Abogados de Córdoba, mi discrepancia con los Órganos Rectores de la Judicatura ha sido siempre a nivel institucional, cuando lo exigía la defensa de los colegiados.

Le recomendaría a la señora Doblas la lectura de Elogio de los Jueces escrito por un Abogado de Piero Calamandrei.

* Abogado y exdecano del Colegio de Abogados de Córdoba