La sentencia recaída en el caso protagonizado por esa chusma que se autodenomina La Manada me ha traído a la memoria una muy buena película que vi cuando aún no había cumplido veinte años. Me refiero a Dos Mujeres (La Ciociara), película producida en blanco y negro por Carlo Ponti, dirigida por Vittorio De Sica e interpretada por Sofía Loren, con veinticinco años, Eleanora Brown, adolescente, y un joven Jean Paul Belmondo.

En efecto, por lo que he podido leer y oír en los medios de comunicación, la actuación grupal de esos energúmenos, por denominarlos de alguna forma, no puede ser considerada violación, porque, parece ser, la víctima no ofreció resistencia. Y ya no digamos del voto particular que emitió un componente del tribunal juzgador del caso, en el que se pueden leer palabras como regocijo, orgía, etc.

Es una pena que en la vista oral del caso no se haya podido disponer de la muy reciente opinión de los casi 2.000 psicólogos y psiquiatras que piensan, desde un punto de vista estrictamente profesional, que el pánico, el terror, el miedo por la presencia de un mal cercano e inmediato puede paralizar y aturdir a la persona que los sufre.

Pues bien, la historia que narra la película es la de dos mujeres, Cesira y Rosetta, madre e hija, que, en la segunda guerra mundial, para ponerse a salvo de los bombardeos de Roma, huyen al pueblo de sus familiares, siendo objeto, madre e hija, de una «silenciosa» violación perpetrada por «otra manada», en esta ocasión de moros (soldados coloniales franceses), denominados los Gourmiers.

Gracias a internet he podido visionar las escenas concretas de la agresión y sucesiva violación de ambas mujeres y he podido comprobar que mis recuerdos --los que me han permitido relacionar la película con la sentencia-- no me han fallado, porque dichas escenas, aunque se trate de una ficción, superan ampliamente la realidad: puede verse como ante su evidente impotencia física frente a un numeroso grupo de insurrectos de los que suelen surgir frecuentemente en los conflictos bélicos (en nuestra guerra civil también los hubo, traídos por el General rebelde y golpista desde Marruecos) claudican psicológicamente, quedando inanes y aturdidas por el terror de lo que estaban viviendo.

Invito a los miembros del tribunal juzgador del caso de La Manada, y más concretamente, al componente del mismo que emitió el voto particular, a que vean la película. Solo eso, que vean la película.

* Economista