Este año, el Primero de Mayo no es un día para celebrar para CCOO; es un día para reivindicar y enseñar los dientes para seguir defendiendo los derechos y libertades de la clase trabajadora. En ese año que celebramos el centenario del nacimiento de Marcelino Camacho, ejemplo de lucha para todas y todos y patrimonio de los trabajadores y trabajadoras, hay motivos de sobra para la protesta: el desempleo, la precaridad laboral, la desigualdad, las pensiones, la defensa de la negociación colectiva... Es tiempo, como dice el lema elegido este año, de ganar, de recuperar los derechos laborales perdidos durante una crisis que los trabajadores y las trabajadoras hemos pagado con creces.

Los sindicatos de clase siguen siendo el instrumento principal, si no el único, capaz de convocar y articular con eficacia las respuestas necesarias para reivindicar y defender lo nuestro. A pesar de todos los intentos de arrinconarlos, desacreditarlos y debilitarlos, a pesar de las leyes mordaza que los pretenden anular enjuiciando a quienes participan en piquetes de huelga, encarcelando a tuiteros y cantantes, en un órdago derechizante y reaccionario.

Se puede respirar el gran malestar existente en la sociedad, prueba del cual son las movilizaciones del 8-M y en defensa de las pensiones que hemos protagonizado en los últimos meses. La calle empieza a hervir con una creciente movilización social que no va a parar hasta que el Gobierno escuche a la ciudadanía y empiece a gobernar para ella y no para los intereses de las grandes compañías.

Se está creando empleo, sí, pero a costa de una mayor precariedad, de un incremento de la temporalidad, de la mayor rotación de contratos y de la parcialidad. La recuperación económica no llega a las personas trabajadoras. Desde 2008 los salarios han perdido un 22% de poder adquisitivo y han sido los más bajos los que mayores caídas han registrado, abriendo aún más la brecha de la desigualdad, una brecha en la que se hunden las mujeres que siguen teniendo más paro, menores salarios y peores empleos y que siguen sufriendo la violencia de género, vergüenza de una sociedad que quiere llamarse democrática.

Este país tiene un reto: Acabar con la desigualdad en el empleo, con la desigualdad salarial, en el acceso al empleo, en la distribución de la jornada, que son las principales causas de la brecha de género. El 8 de marzo, con la huelga parcial sin precedentes en la historia del movimiento sindical y las manifestaciones la acompañaron, se visualizó que la lucha por la igualdad y por la conquista de los derechos económicos y laborales son la base para acabar con la discriminación y la violencia que sufren las mujeres. Por ello, CCOO va a promover espacios de igualdad y conquistar al capital, origen de las desigualdades, el derecho efectivo a la igualdad en todos los ámbitos, el privado y el público, el familiar y el laboral.

Y para ello es necesario recuperar la negociación colectiva que la reforma laboral del PP pretendió cercenar y que hasta los propios empresarios entienden que es necesaria para regular las relaciones laborales. Hay que recuperar los convenios sectoriales que dan cobertura a los trabajadores y trabajadoras que no tienen representación sindical en sus empresas e incrementar los salarios para que ningún trabajador o trabajadora gane menos del SMI ni haya personas trabajadoras pobres.

La desigualdad y la precariedad en el ámbito laboral tiene su reflejo en las pensiones, unas pensiones que el Gobierno también ha atacado difundiendo la idea de que el sistema público de pensiones es inviable. No es cierto. El sistema público de pensiones es viable y sostenible y por eso CCOO exige que se afronten las soluciones necesarias para garantizarlo de manera urgente. Y esas soluciones vienen de la mano de la derogación de la reforma de 2013, del reforzamiento de las fuentes de financiación, vía cotizaciones y también vía Presupuestos Generales del Estado, para erradicar el déficit de la Seguridad Social y que ésta deje de soportar las bonificaciones a la contratación o las reducciones de cotizaciones empresariales, entre otras.

Hay soluciones de viabilidad y en tanto no se acometan CCOO va a seguir convocando movilizaciones hasta conseguir asegurar el sistema que el PP y sus socios están poniendo en riesgo.

Este Primero de Mayo no va a ser cualquier Primero de Mayo. Va a ser un hito, porque la ciudadanía volverá a tomar la calle y reclamar lo que por derecho le corresponde: igualdad, mejor empleo, mayores salarios y pensiones dignas.

* Secretaria general de Comisiones Obreras (CCOO) de Córdoba