Producto de la casualidad (no creo que distribuidores ni exhibidores se hayan puesto de acuerdo para ello) tenemos ahora en los cines dos películas que se complementan y con las que, en una misma tarde, o en días distintos, según el afán cinéfilo de cada uno, se puede revivir uno de los sucesos más destacados de la segunda guerra mundial, la retirada de Dunkerque, desde su vertiente más humana.

Dunkerque es, me lanzo a decirlo, una obra maestra. Directa al corazón, como una bala que duele y paraliza. Porque sin obviar lo épico y espectacular, el director prefiere mostrar lo íntimo y cercano: la angustia, el miedo, la solidaridad de un grupo de jóvenes para los cuales la palabra futuro únicamente puede ser sinónimo de supervivencia.

Guardo todavía en la memoria las imágenes en blanco y negro de El día más largo, que a mis 17 años me abrió los ojos al horror de la guerra y consiguió que, todavía hoy, sea incapaz de pasear por una playa desierta sin imaginarla poblada de barcazas de desembarco, aviones al acecho y cadáveres sobre la arena. Hay algo de masoquismo en ese recuerdo, lo sé, porque desde entonces persigo las películas de cine bélico (más concretamente, las que transcurren en playas desiertas al amanecer) con obsesión y ahínco. Hace 20 años Salvar al soldado Ryan contó el mismo episodio con mayor realismo y en color, y volví a sentir la llamada cinéfila. Esta semana, con Dunkerque me he sentido colmado y premiado.

Cuando la hayan disfrutado, acudan, entonces, a ver Su mejor historia. Es la otra cara de la moneda. La misma guerra, unos días después de la famosa retirada, pero ahora en Londres, donde funcionarios y artesanos del cine coinciden en la gestación y rodaje de una película patriótica que levante los ánimos de la población civil sometida a continuos bombardeos. En esa película, cine dentro del cine, se cuenta --¿lo adivinan?-- la «heroica hazaña» de Dunkerque.

Háganse, con las dos películas, un ciclo a la medida para estas tardes de verano. Y disfruten del cine tanto como de la Historia.

* Actor y director teatral