Acabó el proceso de sucesión de José Antonio Nieto y ha concluido como estaba previsto. Nieto no figura, pero ha puesto a sus peones para que ni él ni los amigos, tengan problemas en futuras convocatorias electorales. Esta es la manera de «heredar» en política, sin tener que pagar sucesiones, solo haber sido sumiso y no llevarle la contraria al «jefe».

Molina tiene que demostrar y su trabajo le va a costar, que su nombramiento es por «preparación» y no por «designación». Tiene que repartir tareas, que cada responsable de área le rinda cuentas. No solo al él, ni solo a la Junta Directiva, sino a los afiliados, que son los que sostienen al partido. Molina no debe ser «complaciente» con su ejecutiva, tiene que ser «exigente» para que los retos que se ha marcado los consiga, aunque la tarea no es nada fácil y por el contrario, muy complicada. Se han perdido oportunidades y por errores significativos, se ha dilapidado el capital que se consiguió en mayo de 2011, una pena.

Los cargos orgánicos tienen que estar permanentemente con los «afiliados» y con los concejales y directivas de todos los municipios y los cargos institucionales que se dediquen a los ciudadanos de cada una de las localidades. Tienen que estar en la calle, en las fiestas, procesiones, peñas, verbenas, etc, etc, pero también en los problemas que no son pocos, los que desgraciadamente tienen, tenemos, muchos cordobeses.

Esto que digo al presidente del PP debe servir para cualquier responsable político de cualquier partido, ya sea de izquierda, derecha o centro. Quien se dedique a «mirarse el ombligo», a no estar en la «calle» con las personas, el que crea que la obtención de votos es por el logotipo del partido o por la foto del candidato, estará aupado al fracaso electoral.

Cada día que pasa son, somos más los que no creemos en partidos, y cada vez más creemos en las «personas».

La nueva dirección del PP cordobés debe de pedir «listas abiertas» para que la candidatura no sea la que diga «el jefe», sino la que prefieran los afiliados. Tienen que pedir la modificación de la Ley Electoral para que gobierne el que gana, y el perdedor que desde la oposición haga méritos para ganar en las siguientes elecciones.

Molina debe, y esto es para todos los dirigentes, conseguir que «una persona, un cargo». Ya está bien de ser concejal y parlamentario, parlamentario y senador, alcalde o portavoz en su ayuntamiento y diputado en el Congreso. No será nunca un eficaz ni eficiente cargo cuando tiene que estar en varios puestos a la vez y con distancias kilométricas. Hay que ser dialogante, no hacer las cosas porque sí. Llegar al consenso es lo más gratificante para un político, conseguir las cosas por el «rodillo», es lamentable.

Deseo buena gestión al nuevo equipo del PP que encabeza Molina, lo mismo que se lo desearé a los del PSOE, Izquierda Unida, Ciudadanos, Ganemos/Podemos y a cualquier otro que surja de aquí en adelante. Hacer las cosas bien es garantía de futuro para toda Cordoba. Vamos a ello, se puede y se debe conseguir que Cordoba la nuestra, entre todos, sea más Cordoba.

* Exconcejal del Ayuntamiento de Córdoba