Tras el último atentado de ISIS en Manchester (Reino Unido), no cabe preguntarse si Estado Islámico volverá o no a realizar actos de terror en Europa, sino cuándo y dónde será el próximo.

Hasta ahora, Francia, Reino Unido, Bélgica y Alemania han sufrido los impactos de las acciones de presuntos lobos solitarios, que posteriormente se ha demostrado respondían a grupos preparados y dirigidos desde el exterior. Nos encontramos en la celebración del tercer aniversario de la creación del ISIS y, más en concreto, en el de la toma de Mosul que se realizó el 9 de junio de 2014. Después de tres meses de ofensiva, las fuerzas iraquíes con apoyo de Francia, EEUU, Reino Unido y Alemania no han conseguido recuperar la gran ciudad del Califato, a pesar del gran número de víctimas que está ocasionando la campaña.

En este momento conviene recordar cuáles son los objetivos que se plantea Estado Islámico desde su nacimiento:

--Creación de un Estado Islámico de origen sunita.

--Seguir apoderándose de territorios hasta conquistar todo el planeta.

--Llenar el mundo con la justicia y la verdad del Islam.

Estos objetivos colocan al ISIS en situación de guerra global, desestabilizando a los países enemigos de occidente. Colocar en estado de alerta máxima a los países occidentales, instalando el miedo en sus poblaciones, mediante la realización de actos terroristas que cumplen varios objetivos al mismo tiempo. Consiguen que los gobiernos dediquen muchos recursos a la seguridad interna, introducen el debate sobre los recortes de libertades civiles a favor de la seguridad. Al mismo tiempo, obtienen una propaganda excelente para la captación de nuevos combatientes en Europa a la vez que elevan la moral de sus tropas en los territorios ocupados.

Hasta el momento hay que decir que las acciones terroristas del ISIS en Europa pueden considerarse como leves. Han abordado los llamados «objetivos fáciles», aquellos que no tienen vigilancia específica y que pueden ser realizados por una o dos personas haciendo prácticamente imposible la prevención del acto. El daño causado es suficiente para mantener en jaque constante a los gobiernos occidentales.

Sin embargo, además de mantener este perfil de atentados de forma más o menos frecuente, no debemos descartar la realización de acciones terroristas de mayor nivel o dificultad: centrales nucleares, sistemas de aguas para el consumo humano, uso de explosivos bacteriológicos, liberación de virus, etc.

Bajo su mentalidad la guerra es global. Desde el Consejo de Generales, junto al Califa Bakral-Baghdadi conocido por el nombre de Ibrahim, se dictan todas las estrategias, objetivos y tácticas que se llevarán a cabo en todos y cado uno de los lugares, tanto en Irak, Libia y Siria, como en el resto del mundo. No se deja absolutamente nada al azar y controlan de una forma inusual hasta ahora los medios de comunicación, las redes sociales, las televisiones, grabaciones y difusión.

No es fácil frenar la expansión del Estado Islámico ni prever sus acciones de terror, ya que saben utilizar los medios adecuados con mucha eficiencia. Seguimos sin tener una propuesta global para responder de forma conjunta y eso provoca menos resultados para reducir su crecimiento. Si seguimos mirando para otro lado y nos centramos solo en los efectos de los atentados domésticos (europeos) no estaremos dando esa respuesta global a una guerra global.

* Experto en Relaciones Internacionales y Cooperación al Desarrollo